El 25 de Enero 2016 | 18:07
Decía hace un par de días el bueno de Neil Druckmann, director de 'Uncharted 4', que este era el final. Textualmente lo comentaba así: "A fin de cuentas Sony es la propietaria de 'Uncharted' y puede hacer lo que quiera, pero con el fin de esta historia será difícil hacer una secuela con Nathan Drake. Quizá pueda haber una precuela, quizá otros personajes. No lo sé. Pero este es el final de Nathan".Rápidamente nos empuja a pensar en una dirección, evidente, clara... muerte. Nathan Drake muere irremediablemente, es la única manera que garantiza que no haya una continuación clara de la aventura. Esto no es la Marvel, en Uncharted si resucitas lo haces como un zombi nazi, así que si matan a Nathan... Perdón. Si se atreven a matar a Nathan, la historia del personaje quedaría cerrada, y bien cerrada.
Dice Pedro Herrero, discutimos de este tema en el último Podcast de Zonared, que ve demasiado evidente la insinuación de Druckmann como para que finalmente, efectivamente, Nathan se muera. Eso es impepinable, pero cuanto más pienso en "el desenlace del ladrón", más me seduce la idea de que Nathan Drake muera. Llegados a este punto, no es que piense que Drake morirá al cierre de 'Uncharted 4', sino más bien que quiero que muera.
¿Por qué los héroes nunca mueren?
En Hollywood los héroes no mueren. Nunca. Eso me repugna como pocas cosas. Cada vez que veo un blockbuster sé a ciencia cierta que pase lo que pase no morirá quien no debe morir. El final será más o menos feliz, esperanzador o positivo, pero nunca conllevará la muerte de los protagonistas. Odio estas preconcepciones hollywoodienses como pocas cosas en el mundo, porque estamos tan acostumbrados al narrar de la industria de cine americana, que las historias pierden fuerza porque hay situaciones y ecuaciones que sabes de antemano que nunca van a suceder. El cine hollywoodiense ha sabido banalizar la muerte hasta lo absurdo, mueren soldados y secundarios por doquier en cualquier película de acción, pero igual que mueren zombies en 'Left 4 Dead', sin más. Sin mayor importancia. Justo esta banalidad se convierte en un arma con retorno, es tan inédito ver morir a un héroe, que cuando muy de vez en cuando esto sucede, se convierte en una herramienta de una fuerza incontestable. George R.R. Martin, autor de Canción de Hielo y Fuego -la novela que inspira la serie 'Juego de Tronos'-, es un sátiro de la muerte. Sabe que tenemos ese vicio de televidente o lector cómodo, acostumbrado al final feliz para el personaje con el que empatizamos, por lo que con risa malévola mata uno por uno a todos los personajes que generan en su obra un mínimo de humanidad. La potencia de la muerte en 'Juego de Tronos' es justamente el valor de 'Juego de Tronos'. Dejemos que Naughty Dog mate a Nathan Drake para aportar valor al personaje, para poner así un broche de oro a un héroe legendario.
Lo más importante de todo, y ahora pensemos con el egoísmo de un fan. Lo más probable, lo más deseable, es que Naughty Dog se desentienda de 'Uncharted' tras este cuarto juego. Pase lo que pase en la franquicia, casi con total seguridad el futuro pasará por manos de otro estudio. La muerte, por tanto, garantiza la eternidad para Nathan, garantiza que nunca haya un 'Uncharted' a lo 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal'. 'Uncharted' es una saga eminentemente referencial al aventurero de Lucas, ya en 'Crash Bandicoot' Naughty Dog mostró su devoción por el arqueólogo, por lo que ellos, como admiradores del personaje de Harrison Ford, tienen que saber del riesgo que corre una gran franquicia al tropezar en una mala entrega. En su mano está evitarlo.
El cierre para un grande
Pero, por último, por lo que más deseo la muerte de Nathan en este cuarto juego, es porque admiro demasiado a Naughty Dog. Se me llena la boca sin reparos a la hora de alabar al estudio californiano. "Aquellos grandes en la industria que están por encima de las leyes de la industria. Los que hacen las cosas de una manera diferente", se me oye decir. Matar a un personaje como Nathan en la cúspide de popularidad sería la prueba inequívoca de que Naughty Dog, como estudio, efectivamente está por encima del bien y del mal.