"Tengo ganas de que la gente se familiarice ya con la pantalla de Wii U". Miyamoto ha lanzado estas declaraciones a la prensa, proclamando la confianza que tiene en que el formato de dos pantallas será aceptado tarde o temprano por el consumidor.
Una confianza justificada
También ha expresado que, personalmente, su desarrollo de videojuegos estará limitado hasta que se popularice el uso de la segunda pantalla, muchas de sus ideas exigen de una interfaz extra para poder disfrutar al completo de la experiencia de juego. Miyamoto continuó declarando: "Estamos trabajando en encontrar maneras para transmitir a los usuarios potenciales la verdadera calidad y utilidad de Wii U. Hubo un periodo cuando se lanzó la primera DS durante el cual a la gente le costaba aceptar el uso de dos pantallas en una consola y al poco tiempo logró vender más de 153 millones en todo el mundo. Wii U está pasando por la misma situación al haber implementado en una consola sobremesa de forma más arriesgada, una pantalla de juego extra".
La confianza de Miyamoto se basa en su experiencia pasada y es justo decir que si ese fuese un factor decisivo su última consola sería un verdadero éxito pero lo cierto es que viendo el panorama que están dibujando las consolas de la próxima generación debería ir pensando en renovar la temática de videojuegos que lleva trabajando hasta la fecha y llegar así a un público más adulto.