El 21 de Noviembre 2010 | 19:41
La salida a la venta de Kinect, el controlador creado por Microsoft que permite la interacción física con la Xbox 360, ha supuesto una auténtica guerra en Internet por ver quien logra piratearlo antes. 3000 dólares fue lo que se llevó el primero en crear un código abierto para el periférico y la reacción de la empresa de Bill Gates no se hizo esperar, afirmando que no permitirían la modificación de sus productos y que trabajarían estrechamente con la policía para impedirlo.
Ahora, dos semanas después, parece que su posición se ha ablandado considerablemente. Alex Kipman, uno de los máximos responsables de proyectos de Xbox, ha declarado que están entusiasmados con la inspiración de los usuarios para hackear Kinect. El director de incubación de Xbox afirma que el controlador no ha sido pirateado: "lo que ha sucedido es que alguien escribió un driver para PC en código abierto que abre la conexión USB, algo que nosotros no protetegemos con este diseño, y que lee las entradas del sensor".
Sin medidas legales
Kipman declara que no tomarán medidas legales, ya que no consideran que su producto haya sido modificado: "piratearlo significaría que alguien consigue nuestros algoritmos internos de la Xbox y puede aprovecharse de ellos. Algo que no ha sucedido. O que puedes poner un dispositivo entre el sensor y la Xbox que permita hacer trampas, que tampoco ha pasado. Eso es a lo que nosotros llamamos pirateo y a lo que dedicamos un montón de trabajo y esfuerzo para que no ocurra."