El 3 de Agosto 2015 | 21:09
Windows 10 para jugar parecía un pequeño quebradero de cabeza el día de su lanzamiento, con la actualización de drivers de Nvidia y ATI Catalyst parece que todo vuelve a la normalidad, y ahora se puede ir esclareciendo si el sistema operativo da la talla para jugar. Microsoft vende su nuevo OS como el mejor que han hecho si lo que buscamos es jugar a videojuegos, y aunque realmente el potencial se irá desvelando cuando juegos que aprovechen la tecnología DirectX 12 vayan llegando, de las muchas comparativas que hay rodando por internet la más visual, clara y simple seguramente sea la de Dualshockers.
El equipo que han utilizado en sus pruebas:
Procesador: Intel(R) Core(TM) i7-4790K CPU @ 4.00GHz
Gráfica: NVIDIA GeForce GTX 970
RAM: 32 GB
Primero un benchmark de 'Total War: Attila': este juego pone un alto número de unidades en pantalla, y la prueba arroja que el juego en Windows 10 parece algo más estable que en Windows 8.1, también hay una mejora en la tasa de FPS que oscila entre 2 y 5 fps.
Resultados similares al ejecutar el 3D Mark Firestrike, que puntúa con unos 70 puntos por encima el sistema con Windows 10 instalado que con Windows 8.1. Esto concuerda con la prueba Unigine Valley, que también puntúa algo mejor la el rendimiento en Windows 10 que en Windows 8.1.
Conclusión
La conclusión es que le cambio a priori parece pequeño, pero sí es un cambio en positivo. En todos los casos que Dualshockers somete a examen la tasa de frames con Windows 10 instalado crece respecto a la tasa con Windows 8.1. Es un cambio muy pequeño, pero es una actualización a un sistema operativo gratuito, por lo que no perdemos nada. Seguramente con el tiempo apreciemos un verdadero paso adelante en términos técnicos a medida que se exprima DirectX 12.