El 24 de Octubre 2015 | 18:48
En los últimos años se ha visto una especie de resurgimiento de los juegos retro, aunque no precisamente porque la gente coja sus viejas consolas, sino por muchos juegos que optan por usar una estética con píxeles y música chiptune, generalmente los juegos de bajo presupuesto. Hay muchos juegos de éste estilo y se han convertido en casi una nueva moda de la industria, aunque Locomalito el creador del juego gratuito 'Maldita Castilla' cree que no para de abusarse de este término y se usa de forma errónea.
No, no es retro
Locomalito suele usar su cuenta personal de Twitter para comentar sobre el desarrollo de juegos de bajo presupuesto, y no ha dudado en quejarse ampliamente de cómo el hacer juegos que parezcan de los años ochenta no es hacer un juego retro ni evoca la nostalgia. Según comentó: "Molaría cortar con el mensaje de que el estilo arcade es nostalgia. El arcade es el deporte extremo de los videojuegos, disfrutable en cualquier generación. No decimos que el fútbol o el ajedrez son vintage o retro, a pesar de ser anteriores a los videojuegos. El arcade es arcade por sus reglas. Un arcade establece una serie de reglas cerradas y evalúa cada acción del jugador con puntos. Es un deporte de competición, no un pasatiempo. Aunque claro está, puede usarse también como pasatiempo, igual que el fútbol o el ajedrez. Tenemos por ejemplo 'Star Wars Battle Pod' que salió hace poco, sin embargo, seguimos hablando de arcade sólo es 'Space Invaders'. Igualmente, no deberíamos llamar "estética retro" al pixel art o al chiptune, hay formas muy modernas de usar esas técnicas. Llamar "retro" a todo lo que tiene pixel art es como llamar "vintage" a todo lo que tiene fotografías. El tema es que cuando llevamos máquinas recreativas a un evento y la muchachada se divierte jugando a mi juego 'Berzerk', lo que ahí ocurre es todo menos nostalgia".
Locomalito suele ser muy directo al criticar tendencias en el mercado de videojuegos, pues a pesar de desarrollar juegos, los hace como hobby y sin productores ni tener que rendir cuentas a compradores, con lo que no se lo piensa dos veces al criticar estas tendencias.