El 19 de Febrero 2016 | 18:45
¿PlayStation 4 o Xbox One? Esta es una pregunta que hasta al mismísimo Sheldon Cooper le costó contestar, llevándole todo un capítulo de 'The Big Bang Theory' cacareando características de una y de otra y ni siquiera queriendo aceptar la ayuda de una moneda lanzada al aire. ¿Creéis que me he olvidado de Wii U? Para nada, la obvio de la ecuación tal y como hacemos cuando nos enfundamos nuestra armadura y, con un blasón sobre nuestros escudos, procedemos a lanzarnos a una guerra encarnizada a arrancarle la lengua a quien tenga la osadía de insultar el honor de nuestra amada PlayStation o Xbox.
Esto no es una épica medieval, aunque por la actitud de muchos jugadores, sí que lo parezca. Hace ya bastantes años que la principal rival de Sony en esto de la industria del videojuego no es otra que Microsoft, ya que Sega abandonó la carrera por desfallecimiento y Nintendo decidió convertirse en la tortuga en lugar de en la liebre y esperar al momento adecuado para el sprint final.
En competencia
Esta competencia de mercado ha llevado la Guerra de Consolas a otro nivel. ¿Para qué necesita Microsoft pagarle una millonada a un youtuber cuando sus propios jugadores son los que hacen la mejor apología de Xbox One del mundo? Lo mismo ocurre con Sony, y lo peor de todo es que ni siquiera es una guerra que nos incumba, ya que los que tienen que demostrar que son superiores son ellos, no nosotros. Los jugadores hacemos una elección en función de nuestros gustos, de nuestros conocimientos; no estamos eligiendo un partido político al que defender, no es una ideología. El problema es bastante llamativo, sobre todo porque las compañías consiguen publicidad totalmente gratuita; es más, nos cobran la publicidad a 70€ el disco y 40€ el pase de temporada.
Debemos comenzar a entender que una cosa es dar nuestra opinión sobre algo, otra intentar imponerla y otra todavía más distinta comenzar una cruzada por algo que realmente no nos atañe. Algo así pasa con jugadores que tienen interiorizada una saga de videojuegos o que han crecido con una consola. Las compañías no miran en absoluto los tira y afloja entre jugadores, aunque sí que los alimentan, ¿por qué? Porque un rival a vencer es una de las mayores motivaciones que puede tener una persona, algo que puede llevarles a hacer verdaderas locuras.
Cuando hablamos de exclusivos, o de más o menos potencia yo desconecto absolutamente. Cuando elijo un juego o una consola, tengo bastante poco criterio, bueno, en realidad tengo uno solo: que me guste. Y una vez elijo, apechugo, y si luego me doy cuenta que el catálogo de dicha consola es bastante pobre, o que su potencia es bastante baja, no la tomo con el primer usuario que farda de la máquina de la competencia.
Esta no es nuestra guerra.