El 8 de Febrero 2015 | 09:30
Tomé la decisión de jugar al re-remake del primer 'Resident Evil' por dos razones principales: no había tenido el placer de disfrutar del juego en su momento (era y sigo siendo una gallina) y veía necesario empaparme de los contenidos de lo que muchos consideran que es el padre de los Survival Horror, término que la propia Capcom inventó para definir al juego y que desde entonces quedó instaurado en la industria como género. Veo necesario jugar a ciertos juegos por lo menos una vez en la vida, ya que a fin de cuentas este medio funciona igual que cualquier otro, e igual que considero necesario que alguien a quien le guste la literatura de fantasía lea en algún momento de su vida 'El Señor de los Anillos', a alguien a quien le gusten los videojuegos debería probar también una serie de títulos concretos. 'Resident Evil', por supuesto, es uno de ellos. Y al jugar con él me he dado cuenta de varias cosas interesantes.
La primera de ellas, y más importante, es que el tiempo pasa y las etiquetas que nosotros solemos denominar como "géneros" también, ya que 'Resident Evil' me parece cualquier cosa menos un Survival Horror. Sí, tiene zombis, tienes que sobrevivir, los recursos son limitados... etc. Pero hoy en día no da miedo, y os lo dice alguien que no pudo terminar 'P.T.' por la diarrea provocada. Ese invento de Kojima y Del Toro sí tiene todo para poder ser denominado como survival horror. 'Resident Evil', para mí, no. ¿Entonces qué creo que es y por qué debería importarte?
Lo primero es que no debería importarte demasiado, ya que a mí tampoco me quita el sueño y nunca he sido muy amigo de las etiquetas y las distintas distinciones entre géneros. Pero sí me parece curioso reflexionar sobre ello ya que es algo que forma parte de nuestra industria. Hace poco tuve el placer de jugar y analizar 'Life is Strange' (cuyo texto podéis leer aquí mismo) y me di cuenta de algo. El título de Dontnod Entertainment tiene menos de aventura gráfica que el propio 'Resident Evil', y eso que uno sí se considera así de manera "oficial" y otro no.
Baile de géneros
En el título de Mikami tendremos que recolectar objetos, examinarlos, combinarlos entre sí para crear otros nuevos, desesperarnos con ciertos puzles que no nos dejarán avanzar, con el pequeñísimo tamaño del inventario... y a todo esto le sumamos que serán varios los puzles que se nos presenten a la vez, y tendremos que estar pendiente de todos mientras, a su vez, nos vamos aprendiendo la distribución de las habitaciones dentro de la mansión (que es un auténtico laberinto) o terminaremos dando vueltas sin sentido. La dificultad extrema de 'Resident Evil' no se basa tanto en el enfrentamiento con zombis, sino en la resolución de estos puzles utilizando los objetos de nuestro inventario y en muchos momentos nuestra cabeza querrá implosionar sin remedio. ¿No os suena de algo a las aventuras gráficas que consideramos más tradicionales?
Me diréis que el punto diferencial es el de la acción, o que no es un control point & click, o que aún así sigue habiendo enfrentamientos donde hay que matar o ser matado (más probablemente) contra zombis o criaturas... y tenéis razón. Pero aún así, ¿no siguen existiendo más diferencias entre 'Life is Strange' (o cualquier título de Telltale o Quantic Dream) con las aventuras gráficas tradicionales que las que tiene el primer 'Resident Evil'? Curioso cuanto menos, aunque quizás, y como he dicho antes, nada de esto importe.
O a lo mejor sí que importa, y esto nos indica que vivimos en un medio que evoluciona y se reinventa con los años de muchas maneras. Lo que hoy puede ser considerado de una manera, dentro de un tiempo puede que no lo sea, o que al final esa etiqueta haya quedado totalmente inservible. Quizás sería un buen momento para crear nuevas etiquetas como podría ser el de "aventura narrativa", o tirar de cine y aplicar sus géneros mucho más simplificados y generales: acción, drama, terror... Aunque lo bueno es que algunas propuestas siguen evolucionando conceptos que hasta ahora ni nos planteábamos, haciendo que nuestro universo se convierta en una industria repleta de etiquetas que cada vez deberían ser más numerosas. O, sencillamente, disfrutemos de ellas como se merecen.
¡Hasta el próximo domingo!