Kickstarter hace unos cuantos años que dio en nuestras vidas, muchos lo conocimos gracias al bueno de Tim Schafer que una y otra vez recurre al micromecenazgo como el chavalín que revienta su hucha cada vez que quiere comprarse un nuevo juego, pero el hecho es que la plataforma madura y la gente sigue dejándose en ella sus buenos cuartos. Concretamente, las campañas de videojuegos de Kickstarter recaudaron el año pasado 46.177.705 dólares.
El problema de este show es el de siempre, Kickstarter es terreno de magnates. En La Zona de esta tarde Cristina hablaba de la doble moneda de Kickstarter para el desarrollador humilde: el que pide una cantidad moderada y suda la gota gorda para lograr hacerse con ella. Yo quiero poner el acento sobre otro desdoblamiento que vemos en la plataforma: el de las celebrities y los anónimos.
Dice Kickstarter, no me lo invento, que a lo largo de 2015 se lograron financiar de manera exitosa 421 juegos. Buena noticia. Pero si hago un recorrido mental de segundos, recuerdo exactamente dos grandes: 'Bloodstained' y 'Shenmue III'. Entre estos dos proyectos recaudaron casi 12 millones de dólares, lo que se traduce en un 25,7% de los 46 milloncejos que Kickstarter nos quiere hoy mostrar.
¿Realmente útil?
¿Es esto malo? No, Dios, nada que nos proporcione un nuevo 'Castlevania' en condiciones puede ser malo. Pero que Kickstarter diga que financió 46 millones de dólares en juegos, en realidad dice muy poco sobre los juegos en sí, y mucho sobre las personalidades que encuentran en la plataforma un buen lugar para entrar en contacto con su impepinable base de fans. A dónde quiero ir a parar es más o menos a donde llegó Cristina, parece asumido que Kickstarter es un buen lugar para financiar pequeños proyectos, pero tengo sendas dudas de que esto sea así realmente. Kickstarter -con mucho ojo y un poco de trampa-, nos ha dicho que 421 proyectos han sido financiados, pero se han guardado bajo la manga los cadáveres que 2015 dejó en la plataforma de financiación.