El 23 de Mayo 2015 | 08:14
Hace unas semanas todavía seguíamos comentando que una de las plataformas más conocidas de financiación de proyectos, Kickstarter, estaba de capa caída. Cada vez era más común que ningún proyecto viese su meta alcanzada y miles de ideas quedaban relegadas al olvido por falta de apoyo externo.
Cuando destacar repercute en el resto
Sin embargo, este mes de mayo ha sido el renacimiento del portal, lo cual ha tenido una repercusión muy positiva que veremos a continuación. El hasta ahora conocido como 'Project Ukelele' se transformó en 'Yooka-Laylee'; en media hora ya estaba financiado y a día de hoy es ya es proyecto británico más exitoso de la historia con 1.687.500 libras recaudadas (un 964% del objetivo). La gente de la antigua Rare ha tenido mucho tirón y este plataformas en tres dimensiones verá la luz a finales de 2016.
Por su parte, el padre de muchos de los 'Castlevania' clásicos, Koji Igarashi, se sacaría de la chistera un par de semanas más tarde el más difícil todavía, 'Bloodstained: Ritual of the Night', con más de 2.5 millones de dólares y varias semanas todavía por delante. ¿Hasta dónde podrán llegar?
Eso es algo que el tiempo dirá, lo que sí podemos confirmar desde ya mismo a raíz del informe recientemente publicado por Polygon es que el éxito de estos proyectos ha salpicado a otros que hasta ahora eran meras sombras en Kickstarter. Es destacable que un 22% de los backers de 'Bloodstained' y un 39% de los de 'Yooka-Laylee' no habían aportado nunca antes dinero en un proyecto por el estilo. Esto, por sí solo, podría ser noticia, ya que prácticamente un tercio de los backers de ambos videojuegos son nuevos en este modelo de financiación.
Pero para más inri, de los 27,360 nuevos aportadores un 7% (aproximadamente 1.900 personas) han aportado dinero en otro trabajo. Puede parecer una cifra irrelevante, pero es un impulso exponencial con respecto a hace unas semanas. Al fin y al cabo, el éxito de la plataforma es la única publicidad posible para que veamos aquellas obras escondidas que, quizás, nunca se materialicen.