La industria del videojuego ha vuelto a alzar la voz tras el informe presentado en el parlamento inglés por el Comité de Tecnología, Cultura, Medios y Deportes de Reino Unido. En él se indica que las cajas de botín deben ser reguladas como apuestas y regirse bajo las leyes del juego, lo que implica que estén prohibidas para menores de edad y se señalice bien su aparición en aquellos títulos en los que se incluya. Agrupaciones como PEGI y la ESA han mostrado su desacuerdo ante esta resolución.
Un resultado que no convence
Reino Unido es uno de los mercados más potentes de Europa (en casi todos los ámbitos), de ahí que la opinión o las decisiones que se tomen desde su gobierno tengan un gran peso. Después de conocer las conclusiones a las que ha llegado el ejecutivo del país con respecto a las cajas de botín y su regulación como juego de azar, los principales representantes del videojuego en todo el mundo no han tardado en compartir su respuesta ante este movimiento con el que no están muy de acuerdo.
PEGI es una de las principales afectadas por este informe, ya que es el organismo encargado (en Europa) de clasificar por edades los juegos de acuerdo a su contenido y si se producen estos cambios, habría títulos que acabarían con la etiqueta de +18 a pesar no tener contenido sensible, solo por incluir mecánicas de micropagos o cajas de botín. Desde la agrupación aseguran que estudiarán bien el informe. Por su parte, la ESA (Entertainment Software Association), principal organismo representador de los videojuegos en EE.UU., ha sido bastante más contundente y rechaza por completo cada punto de ese reporte. Sus argumentos tienen como base las conclusiones a las que han llegado otros muchos especialistas y que indican que las loot boxes no suponen una puerta a ningún trastorno por ludopatía.
De hecho, han sido muchos los estudios que confirman que no hay relación entre muchas de las consecuencias que se le aplican a los videojuegos, como la violencia, la ludopatía o cualquier otro trastorno psicológico.