El 4 de Marzo 2016 | 19:54
Un jugón dice unas 3.240 palabras sobre videojuegos al día, de las cuales, más de 200 son la palabra indie. Teniendo en cuenta que estas cifras me las acabo de inventar, haceos una idea de lo que ha supuesto esta nueva corriente para el mundo del videojuego. Este fenómenos está inundando la industria, tanto en lo que a desarrollo se refiere, como a estética, cosas que no son lo mismo, y sin duda han conseguido su objetivo: enamorar al videojuego.
Un rollete de una noche
Sin más florituras. No es que lo indie no me guste, pero me huelo la tostada y me gusta ser de aquellos que pueden decir 'os lo dije'. Llevamos años y años avanzando en cuanto a tecnología se refiere, incluso metiendo la puntita - y todo el cuerpo - dentro del mundo de la cultura. Ahora, que ya tenemos un empacho de gráficos, de modos multijugador y de mucho brilli brilli, necesitamos un descanso, y eso nos lo han proporcionado los juegos independientes.
El juego independiente ha seducido del todo a la industria: juegos sencillos, bonitos, que pueden suponer incluso un reto para nuestra mente y un goce para nuestros sentidos. Tienen toda la consistencia de un triple-A, pero una ligereza y frescura, así como una aroma a nuevo dignos de un libro recién abierto. ¿Pero es esto bueno? Absolutamente, no.
Lo novedoso siempre es atractivo, lo mismo pasa con la realidad virtual, aunque esta lleva tanto tiempo entre nosotros, gestándose, que tiene un futuro muchísimo más prometedor que el del género indie. Es difícil no caer en las redes de este tipo de títulos, ya que le han dado una verdadera vuelta de tuerca a lo que hasta ahora venimos viendo. Tras un 'Call of Duty' jugar a 'Bastion' oxigena por completo nuestro cerebro, que está embotado de vaciar cargadores en el pecho de nuestro enemigo.
Como ya digo, esto ha sido muy bueno, pero va a ser muy malo, ya que la burbuja va a seguir creciendo, hasta que sea tan grande que su propio tamaño hará que explote. Cuando eso ocurra veremos cómo llegan nuevos títulos de este género que pasarán sin pena ni gloria por el mundo del videojuego, debido precisamente, a que su brillo es muy intenso, pero casi fugaz.
Saldremos del descanso en cuestión de tiempo, y entonces veremos cómo toda la fuerza de los inde ha quedado diluida por otro género nuevo y atractivo, así como más jóven.