Keiji Inafune es desde hace mucho una de las voces más críticas con la situación de la industria japonesa. Si bien de manera tradicional el epicentro del mundo del videojuego se localizaba en la isla asiática, a lo largo de la generación de los 128 bits, y sobre todo en la actual, el desarrollo occidental ha tomado el protagonismo. En las presentes consolas hemos llegado al punto de ver como licencias eminentemente niponas, como 'Devil May Cry', 'Silent Hill' o 'Castlevania', pasaban a manos occidentales, con mejores o peores resultados.
Inafune en recientes declaraciones para IGN hablaba sobre la situación del videojuego en Japón con dureza: "Deseo que los desarrolladores japoneses logren romper con el estancamiento (...) Sin embargo, la realidad no es tan positiva como me gustaría que fuese. Veo que comienzan a ser consientes del problema, y que están comenzando a hacer algo. Saben que tienen que aprender más de los juegos occidentales, y hacer títulos que logren vender en el mercado occidental. Sin embargo, no saben qué, o cómo hacerlo"
Su orgullo, el obstáculo a superar
El creador señala como principal escollo a superar para el desarrollador nipón el orgullo: "Lo peor es que su orgullo se interpone en su camino, es lo que les obstaculiza aprender de los desarrolladores extranjeros. Como resultado, terminan quedándose en el mercado local en lugar de dirigirse al global".
Inafune fue una de las figuras más importantes de Capcom, siendo fundamentalmente conocido por la saga 'Mega Man'. Hace un par de años dejó la compañía, y desde entonces su principal lanzamiento ha sido 'Soul Sacrifice', un éxito en Japón, que pronto esperamos tener en las PS Vita europeas.