Hace unos meses, me encontraba leyendo una ristra de noticias para ver de qué demonios podía hablar. Entre ellas, me encontré con una (que podéis consultar en el siguiente enlace) en la que Ken Levine, creador de la saga 'BioShock', afirmaba que su próximo proyecto sería un mundo abierto. Levine afirmaba lo siguiente:
"Creo que los jugadores están diciendo alto y claro que si se van a gastar 40, 50 o 60 dólares, quieren una experiencia que dure más que 10-12 horas."
En ese momento, me pareció lógica la afirmación. Cuando compramos algo, no solo un videojuego, nos gusta ver que el dinero que hemos gastado se amortiza en horas de juego/diversión. Un videojuego es algo que, para la mayoría, todavía se entiende como un producto de entretenimiento, por lo que desde el punto de vista del consumidor, no es una prioridad en la lista de la compra de nadie. En este sentido, me parecía lógico el planteamiento expuesto por Levine. Ya que mucha gente ahorra durante meses para comprarse un videojuego que llevaba esperando mucho tiempo, ¿qué menos que al menos le dure?
Pensándolo mejor...
Sin embargo, últimamente, estoy planteando la cuestión desde otra perspectiva. ¿Queremos que los juegos nos duren casi de manera infinita? Estoy pensando en el caso de 'No Man's Sky' o 'The Witcher 3'. ¿Tenemos tiempo real para dedicarles todo el tiempo que queremos? Ya no solo lo planteo desde el cristal de los juegos de mundo abierto, también de juegos de puzles. No hace mucho, he tenido que analizar un par de títulos de este género: 'The Guest' y 'Obscuritas'. En el primero, aunque me costó, pude terminarlo porque los puzles tenían la dificultad adecuada para hacerte pensar y anotar pistas, pero no eran imposibles; en el segundo, tuve la sensación de que iba a tenerme que dar de baja de la Universidad para poder dedicarle el tiempo suficiente para terminarlo.
Este fue un poco el punto de inflexión y el momento en el que me paré a pensar que es una pena que muchos de nosotros, que amamos los videojuegos pero que tenemos una vida aparte (trabajo, familia, amigos, ocasiones para salir de la cueva...), no podamos sentarnos tranquilamente a disfrutar de un título que lleváramos tiempo esperando simplemente porque no sabemos ni por dónde empezar. Llegué a la conclusión de que no hay juegos de puzles difíciles o fáciles, sino que su dificultad se mide en proporción al tiempo libre que tienes para dedicarle.
El quid de la cuestión está en que si un videojuego tiene que ser de mundo abierto per se, me parece una fórmula irremplazable. Lo que no entiendo es la intención de querer alargar un juego hasta esta extensión porque así te aseguras de que la gente lo va a comprar. Estamos aquí para hacer dinero, claro, pero después nos encontramos con juegos como 'Far Cry Primal' o 'Fallout 4', cuya duración, a mi parecer, es exagerada. Al final, sí, el juego te dura más de 10-12 horas, pero a cambio de la repetición de misiones o de hacer un poco las mismas cosas una y otra vez. ¿Es eso calidad? A mí me parece reciclaje barato. Si te comprometes, entonces, a hacer un juego de mundo abierto, infinito, que va a dar muchas horas de entretenimiento, etc, qué menos que preocuparte de que cada una de esas horas vas a tener a la gente metida en el juego y disfrutándolo. Porque, y también es cierto, que tampoco vas a hacer pagar a la gente 40, 50 o 60 euros por un juego de un mundo abierto vacío (o que se siente vacío).
Con esto, simplemente quería reflexionar sobre la afirmación de Ken Levine, la cual me parece un tanto errónea, y quería dejar el tema aquí, para ver qué pensáis vosotros. Mi opinión es la de una persona que apenas puede sacar tiempo para jugar una hora o dos al día, y que se siente agobiada ante la inmensidad de títulos tan inabarcables. Al final, una opta por ni siquiera probarlos.