El 23 de Enero 2015 | 10:43
El pasado día 21 de enero tuvo lugar la presentación de Windows 10 por parte de Microsoft. Entre todos los anuncios, y el que posiblemente influya más a nuestro universo de videojuegos, fue el de la presentación de las nuevas gafas de realidad aumentada HoloLens.
Estas nuevas gafas desarrolladas por Microsoft son un claro ejercicio de defensa (y a la vez ataque) ante las otras propuestas de gafas de estas características por parte de Sony con su Project Morpheus y por parte de Oculus VR con su Oculus Rift (que de momento parece ser el primero de estos productos que llegará al mercado).
Pero, ¿en qué se diferencian estas gafas unas de otras además de en la empresa que las desarrolla? Hay más diferencias de las que parece, sobre todo en el caso de las nuevas gafas de Microsoft respecto a las de sus dos competidoras.
Realidad aumentada frente a Realidad virtual
La principal diferencia entre estas tres propuestas, a falta de poder probar las tres en profundidad, es que son cosas totalmente diferentes. Poco podemos hablar en realidad de Project Morpheus ya que Sony no ha mostrado aún su producto en profundidad, pero por lo poco que se ha visto y las pocas informaciones de que disponemos, las funciones serán iguales o similares a las de Oculus Rift. Es decir, ambas son cascos de realidad virtual.
Los cascos de realidad virtual, por definición, son aquellos dispositivos que permiten reproducir imágenes creadas por ordenador sobre una pantalla muy cercana a los ojos o proyectando la imagen directamente sobre la retina de los susodichos. Es decir, su intención es la de abstraer al usuario del mundo que le rodea para crear una inmersión total en el mundo que se está proyectando en las gafas. Sumando unos buenos auriculares, podéis imaginar que la experiencia lograda jugando a cualquier videojuego sería muy positiva en términos de inmersión.
En contraposición tenemos las nuevas gafas de Microsoft, HoloLens, que al contrario que sus dos oponentes, directamente son otra cosa distinta. Ya no estamos hablando de un dispositivo de realidad virtual, sino de uno de realidad aumentada. Microsoft ya ha explicado varias veces la diferencia durante estos días. De nuevo, volvemos a la definición oficial para que podamos observar mejor las desigualdades: la realidad aumentada es el término que se usa para definir una visión a través de un dispositivo tecnológico, directa o indirecta, de un entorno físico del mundo real, cuyos elementos se combinan con elementos virtuales para la creación de una realidad mixta en tiempo real. Es decir, las gafas de Microsoft, al contrario que las antes mencionadas, no trata de evadir al usuario de la realidad exterior, sino que trata de variar esa misma realidad incluyendo elementos visuales que podremos ver reflejados directamente a través de nuestros ojos. De nuevo una imagen vale más que mil palabras:
Evidentemente, estas diferencias más que notables harán que no tenga mucho que ver los servicios ofrecidos por una compañía y por otra. Microsoft, al ver el potencial comercial que Oculus Rift comenzaba a adquirir, sumado a que Sony se encuentra en pleno desarrollo de un producto similar, ha preferido optar por otro tipo de gafas diferentes que además encuentran mucha más utilidad dentro del ecosistema Windows (más que únicamente en el de Xbox). De nuevo, el tiempo dirá qué propuesta es mejor, cuál se adapta satisfactoriamente a los videojuegos, y si realmente pueden convivir entre sí estos dos nuevos planteamientos tecnológicos.