El 5 de Enero 2019 | 09:44
Disfrutar de los títulos de consolas como GameCube siempre ha sido un quebradero de cabeza en una época en la que las pantallas de alta definición se han instalado en todos los hogares. Por suerte, siempre nos queda la posibilidad de acudir a fabricantes como EON, que nos permiten lograr lo que prácticamente habíamos dado por imposible. Es el caso del nuevo GCHD MK-II, un dispositivo que nos ofrece la posibilidad de jugar al cubo de Nintendo en televisiones actuales mediante un cable HDMI. Eso sí, el precio se sitúa en torno a los 130 euros y solo puede adquirirse mediante su sitio web oficial.
Como curiosidad, podemos hacernos con las versiones de color morado, negro y plateado, los tres colores más habituales en los que podíamos encontrar la consola de Nintendo en su momento (aunque posteriormente no fue nada extraño verla en tonos naranja, blanco perla y verde agua). El GCHD MK-II también cuenta con salida de audio Jack 3,5mm, conexión con el cable de vídeo por componentes de Nintendo Wii y compatibilidad con diversas capturadoras de vídeo.
Una joya incomprendida
Con la incombustible PlayStation 2 gobernando el mercado con puño de hierro, una plataforma como GameCube lo tuvo especialmente complicado para hacerse un hueco y trascender. No obstante, la consola de 120 bits con la que Nintendo sorprendió a todos con su aspecto nos dejó una serie de títulos inolvidables entre los que tuvimos la suerte de disfrutar de exclusivos de renombre como 'StarFox Adventures'. 'Luigi's Mansion', 'Eternal Darkness: Sanity's Requiem', 'Paper Mario: La Puerta Milenaria', 'Super smash Bros. Melee', 'Super Mario Sunshine' y otros títulos que no hace demasiado tiempo fueron adaptados a otras consolas como el remake de 'Resident Evil' —junto a 'Resident Evil Zero' y la cuarta entrega de la saga—, 'The Legend of Zelda: Twilight Princess', 'Tales of Symphonia' o las dos entregas de 'Metroid Prime', entre otros. Una consola con un catálogo fantástico que no podía competir con otros en cuanto a cantidad, pero que podía mirar de tú a tú a cualquiera en lo que a calidad se refiere.