Muchos de los que nos dedicamos a disfrutar de este maravilloso mundillo de las videoconsolas y los videojuegos, ya sea como parte de un hobby o como una opción profesional, independientemente de esto, disfrutar jugando a nuestros juegos favoritos nos hace desconectar e incluso por momentos olvidarnos de nuestros problemas cuotidianos. Pues bien, hoy ha salido a la luz un estudio cuanto menos terriblemente curioso, del cual ya se han hecho eco numerosos portales como Esquire. El estudio ha sido realizado por la University College de Londres, y viene a hacer público que los videojuegos son un mejor remedio para combatir el estrés del día a día que la práctica de sexo.
Datos curiosos
En total se han entrevistado casi a 500 personas, entre las cuales hay 251 hombres, y 240 mujeres, arrojando datos bastante distintos entre las opiniones de ambos sexos, sobre lo que consideran la mejor manera de paliar o combatir el estrés. Entre todos los hombres encuestados, el 74% de ellos considera que la fórmula más efectiva es hablar con amigos, el 31% opta por disfrutar de una buena comida, el 29% prefiere calmar el estrés jugando a videojuegos, y solo el 27 por ciento se decantó por el sexo como el mejor remedio para paliar el estrés.
Por su parte, del grupo de 240 mujeres encuestadas, la mayoría de ellas prefieren leer un libro de auto-ayuda, hablar con amigos o realizar algún tipo de manualidad, y únicamente un 11% de ellas opta por practicar sexo como la mejor forma para hacer frente al estrés.
Por si fuera poco, el estudio concluye que tanto los jugadores como las jugadoras, cuentan con una menor necesidad general de recuperación, menores interferencias negativas entre la vida doméstica y laboral, así como también cuentan con una recuperación más efectiva.
Además, por si fuera poco, un estudio de la Texas A&M University, del cual también se hace eco la citada fuente, concluía que los hombres y mujeres que jugaban a videojuegos violentos, adquirían habilidades mentales que les ayudaban a controlar mejor el estrés, así como también eran menos propensos a depresiones.