Por El 13 de Agosto 2018 | 18:40
Aunque a la vista 'Doom Eternal' guarda muchos parecidos con el reboot de 2015 -lo cual es algo realmente bueno-, son muchas las novedades que el juego de Id Software guarda para esta secuela. Entre ellas, encontramos el modo Invasión, que permitirá que cualquier jugador pueda colarse -y encima, en forma de demonio enemigo- en la campaña para un jugador de otra persona. Sin duda, una gran forma de mezclar el monojugador con el multijugador, pero también de dar pie a los jugadores a encarnar esas criaturas del mal que tanto nos hartaremos de matar en el juego. Pero... ¿y si no quiero que nadie interfiera en mi partida? No hay problema.
No será obligatorio
Entre otras cosas porque nadie te obligará a activar el modo Invasión. Ya lo comentaron sus directores en el primer gameplay oficial del juego (que podéis volver a ver al final de esta noticia). Pero como más de uno no lo escuchó bien por la emoción del momento, Id ha tenido que realizar unas nuevas declaraciones en las que lo aclara todo: tú, y solamente tú, decidirás si quieres que los demás jugadores puedan entrar en algún momento de tu campaña. Y lo mejor de todo es que podrás activarlo o desactivarlo en cualquier momento y en tiempo real. Si quieres, podrás disfrutar de una campaña más tradicional, o simplemente convertirla en algo más "impredecible", como decía el propio Marty Stratton el otro día. Así de simple.
Para Id, es una novedad importante y que ha sido diseñada para que realmente se juegue con ella (forma parte de aquello que le dará entidad propia a la entrega), pero saben que no pueden limitar a ciertos jugadores: "No hacemos las características de nuestros juegos para que las personas las desactiven. Si alguien pulsa ese botón porque no es divertido, entonces es porque probablemente hayamos hecho algo mal". Ah, y otro matiz importante que los creadores de 'Doom Eternal' han aprovechado para remarcar: si morimos a manos de un demonio controlado por un jugador humano, no implicará ningún tipo de desventaja. Simplemente empezaremos desde el último punto de control; es decir, lo mismo que si nos mata un demonio de la CPU.