En 2011 Seijiro Tomita, un japonés que trabajó en Sony, denunció a Nintendo por usar tecnología 3D sin gafas en su Nintendo 3DS. Según parece estaba en conflicto con la patente que tenía en su poder para ver imágenes en 3 dimensiones sin gafas.
Tecnología robada en una reunión
Tomita enseñó un prototipo de su tecnología a siete empleados de Nintendo en 2003 y cuatro de ellos acabaron trabajando en 3DS. Por eso pide 9,80 dólares por cada 3DS que se haya vendido hasta la fecha, es decir unos 292 millones de dólares, suficiente como para retirarse varias vidas.
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Nintendo sin embargo considera que no usa la tecnología de Tomita y que esta reunión que tuvieron fue una de las muchas que hubo con distintos desarrolladores de tecnología 3D.