Durante el día de ayer fuimos testigos de la primera gran noticia del año, no solo en el sector de los videojuegos, sino de la tecnología en general. Básicamente, Oculus Rift va a costar un pastizal -600 dólares en USA, 700 euros en Europa...-, pero eso sí, el stock inicial ya está agotado. Sin embargo, la comunidad de jugadores en general se ha escandalizado por ese margen de precio, ya que según Luckey Palmer, creador del dispositivo, ese margen se iba a situar entre 250 y 400 dólares-euros. Sin embrgo, Palmer no lo considera caro, sino todo lo contrario: "globalmente es caro, pero es obscenamente barato para lo que es".
Pero la gran pregunta es...
¿Y qué es? Eso es todavía lo que queda por explicar, o mejor dicho, lo que debemos comprobar los escépticos con la Realidad Virtual, que probablemente seamos absolutamente todos los que no la hemos probado a grandes niveles. Esto es, en videojuegos de verdad, y no en pequeñas aplicaciones. Y aquí está el primer problema: es un cacharro que va a necesitar mucho del boca-oreja, y si el mercado es tan reducido como parece marcar su precio inicial, ese boca-oreja no va a funcionar excesivamente bien.
Mejor que ese escueto twett, Palmer ha dado un razonamiento algo más amplio en Reddit que vale la pena leer:
"Para ser claros, no vamos a hacer dinero con el hardware de OR. Apenas nos cuesta incluir el mando de Xbox en el bundle, y es algo que el comprador puede revender fácilmente. A mucha gente le gustaría que ese bundle se vendiera sin "extras inútiles", como audio de alta calidad, una caja para transportarlo, los juegos incluidos y demás, pero son cosas que casi no tienen impacto en el precio. La alta tecnología de OR es la que manda. Es cara, pero por los 599 dólares que te gastas, consigues mucho más que por un teléfono móvil o una televisión que se encuentren en ese rango de precio. Hay muchos dispositivos tecnológicos masivos que se encuentran en ese rango, así que no creo que nuestro error haya estado en el precio, sino en la comunicación".
Puede tener razón, pero hay que tener en cuenta que si te gastas 600 euros en un teléfono o una televisión puedes saber lo que esperar. Mientras tanto, la RV sigue siendo una total incógnita...