Han pasado varias semanas desde la horrible matanza que tuvo lugar en Newtown, Connecticut, donde un joven armado con el arsenal de su madre acudió al colegio donde trabajaba y acabó con la vida de 20 personas, la mayoría de ellos niños de menos de 10 años.
Esta tragedia conmocionó al mundo, aunque no sorprendió a nadie viniendo de Estados Unidos, donde como todos sabemos las armas están a la orden del día. Desde entonces algunos políticos y grupos comunitarios han emprendido medidas para aplacar la violencia en los videojuegos, como si la culpa de estos asesinatos no estuvieran relacionados con la desmesurada cantidad de rams en el país y la tremenda facilidad para hacerse con ellas.
Los videojuegos vuelven a ser el chivo expiatorio de las matanzas en EE.UU.
El caso es que un colectivo de padres de Southington, localidad cercana a Newtown, han emprendido una curiosa iniciativa a través de la cual se puede entregar videojuegos violentos para ser destruidos. Esto no es un acto gratuito, ya que se los que hagan esto serán premiados con vales para ir a restaurantes, boleras o parques de atracciones.
La organización declara que no están relacionando la masacre del 14 de diciembre con los videojuegos, sin embargo también dicen abiertamente que con esto quieren disminuir la violencia en su ciudad. Este acto viene siguiendo la noticia de Jay Rockefeller, que presentó hace poco una propuesta para realizar un estudio científico sobre cómo los videojuegos violentos afectan a la juventud.
Por otra parte, la Asociación Nacional del Rifle se pronunciaba hace poco en una conferencia de prensa diciendo que parte de la culpa de la matanza si podría atribuirse a juegos violentos como 'Bulletstorm' o 'Mortal Kombat'.