El 1 de Agosto 2011 | 18:15
Ha pasado más de una semana desde que Anders Breivik asesinara en Oslo y la isla de Utoeya (Noruega) a 77 personas. El país sigue paralizado tras la matanza y las consecuencias continúan en diversos ámbitos, incluido el de los videojuegos.
Algo drástica es la decisión de la cadena de tiendas Coop Norway, una de las principales cadenas de venta de videojuegos del país. Esta decisión concierne a 51 títulos y demás juguetes que parezcan armas, que desaparecerán de sus estanterías en los próximos días.
La lista de juegos afectados incluye títulos tan importantes como 'Homefront', 'Sniper: Ghost Warrior', 'Counter-Strike', 'World of Warcraft' y cuatro 'Call of Duty'. El director de las tiendas, Geir Inge Stokke comentó que "en este momento es apropiado que los retiremos. No me sorprendería ver que otros hacen lo mismo. Tenemos que pensar con mucho cuidado cuándo volver a ponerlos a la venta. La economía que se verá afectada no tiene importancia".
¿Medida incriminatoria?
Como hemos podido deducir, la decisión es temporal pero no han dado todavía una fecha de regreso. El director admite que otros estarán mucho más capacitados que ellos para medir los efectos negativos de estos juegos en la sociedad, pero remarca que es lo correcto ahora.
Sin embargo, no nos encontramos ante un caso directamente relacionado con videojuegos, que los hay. ¿Han cruzado la línea demasiado rápido los de Coop Norway? ¿Con esta decisión no estarán incitando a la sociedad a que piense que realmente los videojuegos afectan o influyen mucho en estos casos?