El 13 de Septiembre 2019 | 14:01
Hay juegos que envejecen mejor y otros que envejecen peor. En el caso de lo primero, no necesariamente implica que tengan más valor desde el punto de vista de amar lo retro. Sin embargo, sí que suele ser un motivo más que interesante para otros menesteres, como por ejemplo pensar en remasterizaciones, o incluso para que gente joven se acerque al propio título original. Uno de esos casos es, sin duda alguna, 'Burnout 3: Takedown'. El juego de Electronic Arts, desarrollado por la genial Criterion Games, que se lanzó originalmente para PS2 y la primera Xbox. El pasado 8 de septiembre se cumplieron 15 años desde el lanzamiento americano, mientras que esta misma semana (el día 10) ocurrió lo mismo con el lanzamiento europeo. Hoy queremos recordar los motivos por los cuales sigue siendo uno de los mejores arcade de conducción de la historia.
Perfeccionando estilo
De entrada, no tendría ningún sentido alabar las características de esta tercera entrega de la saga sin destacar primero todo aquello que la franquicia ya había hecho anteriormente. Es decir, los motivos por los cuales se diferenciaba de otras sagas de conducción arcade. Ya desde el primer 'Burnout' se buscó algo diferente; Criterion quería partir de la premisa de realizar carreras donde la velocidad fuera lo más importante. Pero no bastaba con eso. También quería que su juego (que posteriormente sería su marca) tuviera algún distintivo. Y la verdad es que lo consiguió, añadiendo el tráfico de por medio. Algo que, unido a la gran sensación de velocidad del título, marcaba la diferencia como arcade.
En otras palabras, cuando corrías a 100 por hora, daba la sensación de que realmente era así. Y mucho más cuando te venían coches de frente (o simplemente avanzabas tú otros). El tráfico era denso y real y tú podías chocar con ellos. Al final, salió un título de principio de generación de 128 bits realmente apañado. Uno que también salió en GameCube y que además era bastante variado en sus modos de juego, con campeonatos, contrarreloj etc. Posteriormente, 'Burnout 2' mejoró esa fórmula con un juego más largo y todavía más variado, añadiendo las persecuciones de la policía. Y la verdad es que también se trata de un juego extraordinario. Pero.. ¿qué pasó con 'Burnout 3'? Básicamente añadió el concepto del 'Takedown'. Algo que, directamente, marcaría el futuro de la saga —y para bien.
Arrasa con todo
Ahora, ya no era solo cuestión de un juego con una sensación de velocidad tremenda, con una gran variedad de modos, y con elementos únicos y originales. Ahora también era un título con un apartado gráfico de escándalo, que explotó al máximo los circuitos de aquellas consolas. Además, el concepto del Takedown mejoraba todavía más el concepto de peligro. Ahora podíamos chocar contra muros o coches del tráfico, sí, pero también podíamos causar destrucción a los rivales. Hacer Takedown chocando con ellos para destrozar sus coches, desviarlos contra el muro o incluso contra otros coches o elementos del escenario. Las posibilidades eran múltiples, incluidos los Takedown distintivos, que eran una serie de logros que había que conseguir en el juego. Por ejemplo, conseguir que un coche chocara contra un tranvía, en un circuito concreto y por obra nuestra. La sensación de adrenalina es poco comparable con la que nos pueden ofrecer otros juegos.
Sea como sea, 'Burnout 3' no deja de ser la máxima expresión de "más y mejor" dentro de una saga que no había dejado de evolucionar y mejorarse a sí misma. Pero si algo lo hizo especial, aparte de una banda sonora de escándalo (con la posibilidad de incluir nuestras propias pistas, por cierto), fue el modo Choque. Porque con ese concepto de Takedown y destrucción, Criterion quiso ir más allá. Se trataba de pequeñas pruebas en las que debíamos chocar contra el tráfico a propósito. ¿El objetivo? Conseguir el mayor número de destrucción en cadena posible. Disfrutar de la reacción en cadena mientras se sumaban los puntos, o simplemente utilizar el bonus —que explotaba el coche— cuando conseguíamos una buena cadena, y para acabar de rematarlo todo, era excepcional. En definitiva, 'Burnout 3: Takedown' tiene todo lo que debe tener un buen arcade de coches. Y además le añade personalidad propia. Se trata de un título que podría vender como churros si se remasteriza. Puede que hasta más que 'Burnout Paradise Remastered'.