El estudio Bungie, creadores de 'Destiny', acaba de separarse de Activision por desacuerdos en relación a la mencionada saga de shooters online. Lo más sorprendente es que la desarrolladora ha conseguido quedarse con los derechos de publicación del juego, por lo que Activision dejará de ser quien la edite.
Así lo anuncia un comunicado de Bungie en su página web oficial. En 2010, después de lanzar 'Halo Reach', el estudio se separó de Microsoft para probar suerte con una nueva IP. Esa acabaría siendo 'Destiny', y la compañía que la adoptaría y correría con los gastos de distribución sería Activision. En el mensaje, Bungie da las gracias a la empresa de Bobby Kotick por sus 8 años de apoyo, pero no se cortan un pelo en mostrar la alegría y las ganas que tienen de poder por fin tomar las riendas de su propia obra. "Nos emociona anunciar que Activision transferirá los derechos de publicación de 'Destiny' a Bungie. Con nuestra extraordinaria comunidad, estamos listos para publicar por nuestra cuenta, mientras que Activision se centrará en sus propias IPs".
Libertad
En otras palabras, Bungie está ahora lo más cerca que ha estado nunca de ser indie. Los fans que sigan jugando a 'Destiny 2' no deben temer nada; más bien al contrario, el juego seguirá ahí, solo que ahora le espera una nueva era de contenidos de calidad que no estarán dirigidos por las abusivas políticas de Activision. Muchos jugadores se quejaban de que se les obligaba cada año a comprar una o varias expansiones a precios casi de juego completo para poder seguir disfrutando del título. Mientras, todo aquel que tuviera intención de adentrarse en el juego lo iba teniendo cada vez más difícil, pues si quería la experiencia completa, la buena, la que se llevaba tantas alabanzas en la crítica, debían gastarse un dineral en el juego y las expansiones.
Al menos, eso es lo que ocurrió con el primer 'Destiny', que tuvo que llegar el tercer DLC "grande" para solventar casi todos los fallos del juego base y erigirse como un título multijugador de calidad envidiable. Con la secuela ha pasado algo parecido. La versión vanilla, que salió en 2017, tuvo sus más y sus menos, probablemente porque así Activision lo había planeado, asegurándose de que en los años venideros las expansiones arreglarían el percal. En 2018 se lanzó ese tercer DLC, al igual que su predecesor, que lo arregla todo y añade multitud de cosas que los fans pedían a gritos bajo el nombre de 'Destiny 2: Forsaken', que para muchos ha sido lo que ha dado la vuelta a la tortilla. Jugadores de todo el mundo se deshicieron en buenas críticas hacia esta expansión, pero desgraciadamente, no cumplió las expectativas de ventas impuestas por Activision. Bungie, hartos del yugo de la editora, que les obligaba a diseñar su modelo de negocio para exprimir a los jugadores sin llegar a sacarle el máximo partido a su propuesta, ahora tiene la oportunidad de hacer el 'Destiny' que realmente quieren hacer.
Como informa Jason Schreier en Kotaku, quien tuvo la oportunidad de asistir a la reunión en las oficinas de Bungie en la que se comunicó esta noticia, asegura que las tensiones entre esta y Activision venían ya de lejos, desde antes incluso de que saliera el primer 'Destiny'. Afortunadamente, ya no tienen que preocuparse por eso. Habrá que estar atentos a las novedades y los cambios que se anunciarán para 'Destiny 2' en los próximos meses y ver sí, como todos esperamos, van a mejor.