Internet está evolucionando a pasos agigantados, hasta el punto de afectar la manera en la que el mundo que hoy día conocemos funciona. Por una parte, vivimos nuestro día a día: vida familiar, reunión con los amigos, estudios, trabajo -para el que lo tenga- y ocio. Por otra, compartimos un fragmento de esa vida para socializar de manera virtual con otras personas. Antes considerado como un estigma, ahora Internet y las redes sociales son un sustituto mucho más preciso, rápido, enriquecedor y variado que el teléfono o el correo postal. También están los foros y las plataformas donde se nos permite que nuestra opinión pueda ser manifestada a través de un "altavoz" que alcanza a decenas, cientos y miles de personas.
Pero ciertas opiniones que se vierten a través de Internet son, en ocasiones, un arma de doble filo, y últimamente con plataformas de denuncia o protesta virtual hay quien acaba confundiendo estas con un foro, o no comprendiéndolas del todo. Con una juventud que por fin comienza a comprender la complejidad de nuestra sociedad, para ellos se convierte en una necesidad manifestar su opinión.
Cuando se elige el altavoz equivocado
Change es una de estas plataformas de denuncia o protesta destinada a dar voz a casos particulares o colectivos en los cuales se solicita la ayuda de firmantes procedentes de todo el mundo. También es cierto que su efectividad ha sido muchas veces cuestionada, pero ese es otro tema. Resulta que hay un sector de los fans del manga y el anime que cree que estas plataformas también son un lugar para manifestar caprichos o arrebatos personales, publicando contenido irrelevante que muchas veces busca satisfacer egos propios. La plataforma no limita este contenido "basura" porque le beneficia, le aporta tráfico y visitas, y ello le beneficia de cara al posicionamiento web.
En el mundo del manga y el anime los más jóvenes muchas veces utilizan esta plataforma para pedir -y a veces exigir- que el autor de la historia de turno cambie algo que a ellos no les gusta, llegando a proponer alternativas propias de un fanfic repleto de incoherencias. Predominan sobre todo los "queremos historias alternativas para estos personajes" y los "no me gusta este final, dame otro". Todo ello dirigido a unos autores que probablemente no tengan constancia de la existencia de un portal como Change y que muchas veces tampoco atienden a las peticiones u opiniones de los fans japoneses, o estas les son trasladadas meses después de realizarse. Porque no solo está la barrera del idioma, sino que también está el hecho de que la mayoría de mangakas dedican gran parte de su rutina diaria a trabajar, siéndoles imposible estar conectados con las redes. Hay excepciones, como el caso de Hiro Mashima, pero esto no hace la norma.
El último caso se ha dado tras conocerse que el manga 'Bleach' terminará de manera abrupta -o eso creen los fans- en el mes de agosto. Un usuario anónimo se ha lanzado al ruedo para solicitar a Tite Kubo y a Shueisha que el manga no sea cancelado hasta que no se haya dado respuesta a los numerosos interrogantes que aún quedan por resolver en la historia.
Masahi Kishimoto también ignora que recibió, a través de los usuarios de esta plataforma, numerosas peticiones para que modificara una historia tan personal e importante en su vida: Naruto. Unos dicen que están tan molestos que Kishimoto debería hacer otro manga con un final feliz para Narusaku, otros que se haga un final alternativo donde Naruto y Sakura se enamoran, y también quien pide alterar este final porque es demasiado sexista.
La razón por la que estas personas remiten este tipo de solicitudes no es otra que atender a satisfacer sus propios egos, siendo muchas veces inconscientes de ello. No buscan en realidad que algo se cambie realmente, sino que haya quienes piensen como esa persona, pero sobre todo que se le de la razón. La necesidad de adquirir protagonismo y llamar la atención, algo que es bastante común en esas edades pero que no por ello justifica usos indebidos, o más bien ridículos de ciertas plataformas. Para ello, pueden recurrir perfectamente a blogs personales, perfiles sociales o foros. Es ahí donde este tipo de opiniones tiene su lugar correcto.
Lejos de todo este sinsentido, hay otro tipo de peticiones, mucho más sensatas y sobre todo respetables, como son aquellas destinadas a editoriales patrias de manga y anime, donde se solicitan firmas para animar a que se licencie en España un trabajo concreto. Sin embargo pienso que estas tampoco son las plataformas correctas donde manifestar este deseo, puesto que existen otras más idóneas. Incluso hay editoriales que van apuntando el feedback que los lectores vierten en sus redes sociales para estudiar la viabilidad del trabajo solicitado.