Como sabemos, vivimos en un mundo repleto de tecnología. Ahora no es de extrañar ver a un niño pequeño o a un anciano con un teléfono móvil. Y es que todo ha avanzado tan rápido que todo el mundo puede acceder a esta tecnología sin mucha complicación. Pero esto también tiene un lado oscuro, un lado que debemos cuidar sobre todo si se refiere a nuestros hijos, los más vulnerables. Por ello, la AEVI (Asociación Española de Videojuegos) ha elaborado un decálogo en el que intenta concienciar sobre el buen uso de la tecnología.
Un extenso comunicado
''Vuestros hijos están creciendo en un entorno digital y como padres es importante que les ayudéis a utilizar de manera 'saludable' las nuevas tecnologías. La mejor manera de entretenerse y educar a un tiempo es haciendo un uso responsable de los videojuegos", comienza el comunicado. "Los padres y educadores deben orientar a sus hijos en el tipo de videojuego, el tiempo que le dedican y las franjas horarias preferentes. Pueden ser una excelente herramienta para adentrarse con ellos en este mundo lleno de novedades y enseñarles a descubrir las habilidades y destrezas que exige su entorno. No olvidemos que los videojuegos contribuyen a desarrollar estrategias para alcanzar objetivos en un entorno recreativo virtual. Las familias que juegan juntas, aprenden juntas. Y la mejor manera de entretenerse y educar a un tiempo es haciendo un uso responsable de los videojuegos", aseguran.
Recomendaciones
Además del comunicado, la asociación ha elaborado una lista de recomendaciones:
- 1- Juega con tus hijos.
2- Un videojuego para cada edad: usa el sistema PEGI.
3- Los videojuegos también educan, sácales todo el partido.
4- Evita sorpresas desagradables, compra siempre en tiendas oficiales.
5- Tú mandas en el videojuego: utiliza el control parental.
6- Las reglas las pones tú: qué, cuándo, cuánto y cómo se juega.
7- Primero el cole y las tareas, después ya pueden jugar.
8- El videojuego, también en familia.
9- Conoce a los amigos de tus hijos, también a los virtuales.
10- La fantasía estimula su creatividad, pero evita que confundan realidad y ficción.