El 13 de Febrero 2019 | 11:01
Activision Blizzard anunció ayer a sus empleados el despido masivo que quiere llevar a cabo y que tanto se venía rumoreando en las últimas semanas. La compañía ha celebrado su reunión con los inversores, donde se ha confirmado que el recorte de su plantilla será de un 8%, lo que supone la destrucción de unos 800 puestos de trabajo, ya que el equipo de la compañía asciende a unos 9.600 empleados totales.
Cambios importantes
A pesar de la reestructuración que quieren llevar a cabo en Activision, lo cierto es que la compañía ha cerrado en 2018 uno de sus mejores años en lo que a beneficios se refiere. En la reunión con inversores se han mostrado los resultado obtenidos en 2018, con 7.500 millones de dólares en ingresos, un 7% más con respecto a la producción del año anterior, la cual se quedó en unos 6.030 millones de dólares. Bobby Kotick, CEO de la empresa, reconoce que las expectativas para 2019 son menores, pero en dentro ya se empiezan a resentir de ese futuro que aún no ha llegado.
Precisamente por este pronóstico y por algunos objetivos que no se han cumplido, la compañía va a sufrir cambios importantes que se empiezan a materializar ya. Por eso se va a despedir a cientos de personas de sus puestos de trabajo, ya que Activision cree que muchas áreas de su compañía están realmente desproporcionadas, es decir, hay demasiada gente para las tareas que desempeñan. Estas medidas afectan a todas las divisiones de esta casa como King o Blizzard, aunque en esta última las áreas más afectadas son las que no están relacionadas con videojuegos directamente.
En el caso de Blizzard, uno de los principales núcleos de Activision, han prometido a los empleados que se tienen que ir indemnizaciones, seguro médico, un coach de trabajo y los incentivos por objetivos del año anterior a su despido.