Por El 29 de Marzo 2017 | 16:28
Ayer la saga 'Kingdom Hearts' cumplió 15 años en Japón. Hasta aquí todo bien. Hemos leído las noticias correspondientes, nos hemos empapado de imágenes, comentarios, recordatorios y nostalgia a través de las redes sociales, y seguro que más de uno lo ha celebrando rejugando alguno de los juegos o mirando los tráilers de los que están por venir. Pero ahora que ya lo hemos digerido, yo quiero proponeros algo ligeramente distinto: recordar no la saga en sí, sino el juego que le dio comienzo. Porque, a todas luces, hoy en día me sigue pareciendo uno de los más mágicos. Con 'Kingdom Hearts 2' todo se magnificó, y es muy probable que fuera un juego en conjunto mucho más serio, espectacular y completo. Pero yo no sé muy bien porqué, sigo considerando al primero como un juego realmente irrepetible.
La magia de Squaresoft
Porque el primer 'Kingdom Hearts' fue mucho más que un inicio fulgurante de una saga que hoy en día se ha ganado el respeto y el cariño de todo el mundo a pulso. También representó un inicio del género prometedor en la era PlayStation 2 y un broche de oro impecable a la gran carrera de Squaresoft. Porque sí, aquel maravilloso juego, lleno de magia, carisma, acción, rol, fantasía y colorido fue el último regalo que la compañía nos dejó antes de fusionarse con Enix y fundar la actualmente conocida como Square Enix. Corría el año 2002, y aunque después de desarrollar 'Kingdom Hearts' aún sacaron otros tres juegos, estos fueron totalmente exclusivos del mercado nipón: 'Neichibeikan Professional Baseball Final League', 'World Fantasista' (mucho ojo, ¡de fútbol!) y 'Unlimited SaGa'. Este último sí llegó a occidente, pero cuando lo hizo ya era Square Enix quien lo publicaba.
Pero hoy no se trata de hablar sobre si los posteriores juegos de la compañía perdieron algo de calidad o no. Esa historia ya la conocemos todos, y tampoco es el momento de comentarlo, ya que la compañía se ha puesto las pilas en los últimos años. Más bien creo que sirve para recordar lo buenos que fueron aquellos juegos de Squaresoft. Y el primer 'Kingdom Hearts' creo que lo tiene absolutamente todo. Desde mi punto de vista, aún con su simpleza frente a los posteriores, resultaba algo más "auténtico" y exigente. Puede que muchos escenarios no fueran gigantes, como en entregas posteriores, pero no daba una sensación de "pasilleo" tampoco. Porque la exploración no estaba tan guiada, y porque existían más escenarios por los que en realidad no era ni siquiera obligatorio pasar. Por otro lado, la banda sonora me sigue pareciendo absolutamente fascinante. No solo por las melodías Disney de películas tan míticas como 'Pesadilla antes de Navidad', sino por las propias que recordaban sobremanera a los momentos más inspirados de 'Nobuo Uematsu'. Y no creo que ahora haga falta hacerle una carta de presentación a la maestra 'Yoko Shimomura'.
También fue uno de los últimos juegos en los que 'Hironobu Sakaguchi' tuvo un papel importante y se nota. La jugabilidad era fantástica, presentando un producto que bebía de los mejores RPG de acción de la compañía pero también de los grandes juegos por turnos. Una mezcla explosiva que junto a un argumento perfecto tanto para adolescentes como para adultos, y a un sentido del ritmo sublime, convirtieron a 'Kingdom Hearts' en un éxito de ventas inmediato. Seguramente influyó mucho el hecho de saber que mezclaba Disney y 'Final Fantasy', pero sinceramente... Si tuviera que quedarme con una sola de las virtudes del juego, ni siquiera serían esas. Los mundos eran fantásticos, tanto cuando estaban basados en una licencia como cuando eran de cosecha propia. Y es ahí donde realmente me maravilló: hiciera lo que hiciera, todo lo mezclaba con ideas propias que por sí solas ya la conforman como una de las sagas RPG más completas que jamás puedas probar. Cada vez tengo más ganas de disfrutar del tercero, pero mientras tanto... tengo de sobra con el resto de la saga.