El 20 de Febrero 2019 | 00:42
Japón sigue apreciando el manga y el anime como un factor, no solo cultural arraigado a su país, sino también como el producto artesano del que se trata. Así el país nipón intenta protegerse de las constantes agresiones que sufre su economía a través de la publicación ilegal de estos medios.
Un punto que piensan reforzar, según informan desde Anime News Network, con leyes aún más duras que las que proponían escasos meses atrás. Japón tiene claro que debe proteger a sus autores y así trata de hacerlo. Así estas nuevas leyes se expandirán también a revistas, novelas y fotografías — incluso capturas de imagen. Y es que, hasta el momento, las mismas solo afectan a quien trabaja con música o vídeos.
Con esta nueva propuesta se cubrirá la posibilidad de penar a quien descargue, de forma ilegal, cualquier tipo de imágenes, ilustraciones o fotografías —incluyendo las que provengan de mangas o animes— que hayan sido publicadas en cualquier tipo de sitio personal. Así, por supuesto, se cubrirá la posibilidad de que este contenido haya sido publicado en blogs o cuentas de redes sociales. Por supuesto, no se limitarán a la subida de imágenes, sino también a realizar capturas de estas publicaciones. También se incluirá dentro de la propuesta la prohibición de copiar y pegar letras de canciones para ser publicadas en medios ajenos.
Con ciertas consideraciones
A sabiendas de que las medidas pueden considerarse como algo extremas, el comité encargado de la propuesta ha asegurado que todas estas medidas están pensadas para casos notables. La descarga de un manuscrito completo o la reincidencia en aspectos legales referentes al pirateo, así como daños morales o económicos al autor son los principales objetivos de las nuevas leyes.
Esto incluye tumbar todos los sitios de descargas ilegales del país, impidiendo que las publicaciones que contienen lleguen a más público. Una medida, desde luego, adecuada para combatir la piratería, pero que podría propiciar una gran pérdida de valor cultural, ya que muchas de esas obras jamás llegan a abandonar su país de origen de forma legal.