'Rurouni Kenshin' es uno de los shonen más importantes de la historia de la revista Shonen Jump. La historia del samurái errante que protegía a los débiles para redimir sus asesinatos del pasado cautivó, no solo a los aficionados de Japón, sino también a la juventud en Occidente. En España, niños y adolescentes permanecían durante las mañanas de cada fin de semana pegados frente a las pantallas de su televisión para ver la emisión del anime en Canal +, y el manga llegó a rescatar a una editorial de la quiebra.
Nobuhiro Watsuki, autor de la obra, logró crear una historia brillante, con un trasfondo histórico que daba sentido y credibilidad al misticismo y la fantasía en torno a las artes marciales y técnicas de samurái mostradas a lo largo de la serie. Watsuki también supo hacer bien su trabajo de cara a dotar a los personajes con una personalidad y carisma que los elevaba y con los que era fácilmente empatizar. Incluso los personajes femeninos muestran en muchas ocasiones una determinación, independencia y fortaleza impropias de la época pero que, sin embargo, hace fácil la digestión al público femenino, un público generalmente desatendido en estos shonen de fantasía y acción.
De mujeres con fortaleza y el respeto a los homosexuales
Pero 'Rurouni Kenshin' no solo buscó dar cobijo al público femenino, un gesto que fue decisivo y hasta clave para el éxito de la serie, sino que también buscó un hueco, por pequeño que fuera, para representar de manera seria y dar voz al público homosexual, algo que por aquella época no se solía ver con frecuencia en los mangas de acción.
La representación del colectivo homosexual se pone de manifiesto con el personaje Kamatari Honjo, uno de los miembros del Juppon Gatana, el grupo de espadachines de élite del antagonista Makoto Sishio. Este personaje hacía gala de una sensualidad tan pronunciada que se le llegaba a confundir con una chica. Pero una vez se descubre que en realidad es varón, en ningún momento se le ridiculiza, sino que se le muestra como un personaje serio y respetado, llegándose a mostrar con brevedad sus preocupaciones y sentimientos como una persona abiertamente homosexual que vive en una sociedad como la de la era Meiji. Incluso sus subordinados y aliados del Juppon Gatana respetan tanto su condición como apariencia.
Como digo, esto es algo que no se ve todos los días en un manga de corte generalista, y mucho menos en 1996, siendo algo realmente positivo que pone un grano de arena de cara a concienciar sobre tolerancia a la sociedad en general, pero especialmente a los más jóvenes, explicándoles que ser diferente a la norma no te hace raro, débil, y ni mucho menos dañino. De hecho, Honjo presume de habilidad, fortaleza para el combate e inteligencia, poniendo en aprietos tanto a Kaoru como a Misao.
El momento más importante que demuestra la fortaleza personal de este personaje se da en el anime, cuando Misao le dice que durante el combate no lucha en serio. Es entonces cuando responde lo siguiente:
¿Qué quieres decir? Yo siempre voy en serio. No estoy mintiendo. ¿Crees que seria gay sin tener empeño ni las cosas bien claras?. Me hallo entre dos extremos, no puedo ser el mejor hombre para Sishio, ni tampoco la mejor mujer. Por eso ejecuto a la perfección cualquier orden que me den. ¡Pongo todo mi amor y mi empeño en lo que hago!.
La creación del personaje no surgió de la mente de Watsuki, sino de uno de sus asistentes. Con 19 años por aquel entonces, Eiichiro Oda, el maestro mangaka autor de 'One Piece', fue quien aportó la idea para la creación del personaje y contribuyó a su diseño. Así lo afirma el propio Watsuki, quien le dio el crédito de su creación, asegurando además que la cara de Kamatari está inspirada en Yui Ikari, la madre de Shinji Ikari en 'Neon Genesis Evangelion', mientras que su silueta se inspira en ReiRei, de 'Darkstalkers'.