'Tetris' es un juego completamente estanco, sin ningún tipo de fisura. Todas las piezas que lo componen encajan a la perfección, nunca mejor dicho, para funcionar con la precisión de un reloj. O sabes jugar, o no sabes jugar, la culpa no es del juego. Por eso, ver variaciones de esa fórmula en otros juegos o incluso en entregas posteriores de 'Tetris' chirría un poco. Es como si todos los elementos nuevos sobrasen porque no hacen falta. Sin embargo, juegos como 'Throne Together' consiguen ser satisfactorios aun así, y es que encuentra la clave en trastocar la fórmula, más que en añadirle un par de cosas. Aquí controlamos al arquitecto de un reino que se pone al servicio de su monarca para construirle su castillo. Nosotros hemos de apilar las piezas a lo 'Tetris' pero con un objetivo distinto: que quede un palacio resultón y bien articulado. También nos puede salir un desastre, eso es lo divertido.