Las franquicias de Tom Clancy han encontrado en los últimos años en Ubisoft a su mejor exponente en el mercado de los videojuegos, y dentro de estas, la protagonizada por el agente Sam Fisher es una de las que mejor definen el aspecto del conocido escrito estadounidense fallecido en el 2013.
La primera adaptación a videojuego de la saga se remonta al año 2002. En aquél momento se anunció el desarrollo de una nueva franquicia basada en las novelas del escritor como una exclusiva de compatibles y Xbox. Los primeros datos de 'Splinter Cell' prometían ofrecer un juego de infiltración y sigilo mucho más realista que el que hasta entonces había sido el máximo exponente del género, 'Metal Gear Solid'.
Una de sus principales características estaba en el uso de la iluminación, destacando como parte fundamental de su aspecto jugable el saber manejar los tiempos y la exposición de Sam Fisher, el agente a que controlamos, ante los enemigos y su capacidad para esconderse en las sombras.
Tal era esta importancia que en todo momento teníamos un indicador que nos dejaba ver si Sam estaba muy expuesto a los enemigos o si se encontraba camuflado. A los pocos meses de su lanzamiento en Xbox el título también llegaba a PlayStation 2 y GameCube, siendo uno de los primeros ports de la que por entonces era la consola más potente a otras inferiores en la parte técnica.
Un par de años más tarde, ya como una saga multiplataforma, llegaban sus secuelas directas. Ubisoft Shangai se encargaba de 'Pandora Tomorrow', lanzado en 2004, y Ubisoft Montreal, creadores de la primera aparición del personaje, trabajaban en 'Chaos Theory', lanzado en 2005.
El año siguiente sería el primer año en el que veríamos dos títulos distintos de la franquicia. Por un lado encontrábamos 'Splinter Cell: Double Agent', donde podíamos conocer con más detalles el trasfondo personal de Sam Fisher y desarrollado para las plataformas de sobremesa y PC. Por otro, 'Splinter Cell Essentials', enfocado en PlayStation Portable y un título menor dentro de la saga.
El lanzamiento de tres entregas en tres años comenzó a mostrar el desgaste en la franquicia, que se tomó un descanso hasta 2010, cuando para Xbox 360 y PC llegaba el más que notable 'Splinter Cell: Conviction', dónde encontramos a un Fisher fuera de la agencia a la que había pertenecido, investigando y actuando por su cuenta y riesgo, lo que implica una dosis aún mayor de acción, aunque la opción de afrontar las situaciones bajo el sigilo se mantienen intactas.
Tres años más tarde, y tras una recopilación de los tres primeros y varios títulos menores enfocados en Nintendo 3DS y dispositivos móviles, llegaba al mercado 'Blacklist', el primero bajo la dirección del nuevo estudio que la compañía había fundado en Toronto y cuya máxima responsable era Jade Raymond, conocida por ser el rostro visible del primer 'Assassin's Creed'.
Esta entrega se plantea como un desarrollo en mundo abierto donde Sam debe acabar con una serie de personajes que se encuentran en la lista negra de la Fourth Echelon, una agencia secreta bajo control directo del presidente de Estados Unidos. Este regreso de Fisher al lado gubernamental también se traduce en una vuelta a las premisas iniciales de la saga, donde prima la infiltración y el sigilo, quedando abierto su regreso en un futuro por parte de Ubisoft, que ha asegurado trabajar en nuevos planteamientos para la saga.
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