La llegada de Nintendo DS al mercado supuso toda una revolución en varios conceptos jugables que, hasta la fecha, habían pasado inadvertidos o poco explotados por las distintas compañías. Uno de los títulos que mejor supieron adaptarse a estas mecánicas llegaba desde la propia Nintendo y tomaba una idea ya vista años atrás, en la época en la que los Tamagotchi inundaban los bolsillos de niños y no tan niños.
Nintendo lanzaba, para acompañar a Nintendo DS en sus primeros meses de vida, 'Nintendogs', un simulador en el que debíamos cuidar de nuestra propia mascota virtual. Así de sencillo y de fácil era el planteamiento de una saga que rápidamente se convirtió en todo un superventas de la plataforma, llegando a contar con varias entregas en las que podíamos ampliar nuestro catálogo de mascotas entre distintas razas de perros, pues las tres ediciones que llegaban al mercado sólo incluían a determinadas razas, siendo una de ellas la predominante tanto en la promoción de los títulos como en las portadas.
'Labrador y compañía', 'Chihuahua y compañía', 'Teckel y compañía' o 'Dálmata y compañía' son las distintas ediciones con las que la compañía llegaba a los más pequeños de la casa, que podían elegir a sus amigos virtuales más queridos y cuidarlos de forma muy similar a lo que ya habíamos visto años antes en propuestas como los tamagotchi o los digimons, eso sí, añadiendo toques especiales sólo disponibles en la plataforma, como la posibilidad de acariciarlos o jugar con ellos haciendo uso del panel táctil.
Rápidamente se convirtió en todo en éxito en los tres grandes mercados, incluso la propia compañía llegó a plantarse la posibilidad de desarrollar nuevas entregas, esta vez con los gatos como mascotas protagonistas, pero finalmente este proyecto no llegó a ver la luz y la propuesta jugable se quedó tan sólo en este proyecto lanzado en los orígenes de la plataforma.
Otra de las particularidades de esta propuesta es que proponía cierta interacción entre los usuarios del título como podría ocurrir en la realidad si paseamos a nuestro perro. Si activamos el modo guau y dejamos la consola en reposo mientras estamos andando, esta modalidad irá escaneando nuestro entorno en un radio de unos 30 metros hasta encontrar a otros usuarios que también tengan este modo activo y se encuentren en las cercanías.
Al hacerlo la consola emitirá un ladrido como señal de aviso y podremos iniciar diversos chats con los usuarios de otras mascotas, que podrán interactuar entre sí mientras nosotros podemos, una vez terminadas estas relaciones, ejecutar diversas propuesta de entrenamiento y competencias con nuestra pequeña mascota, divididas en tres grupos como son obediencia, agilidad y lanzamiento de disco. En cada una de ellas deberemos realizar toques sobre la pantalla táctil para que nuestro perro realice diversas acciones y vaya mejorando en ellas a través de un entrenamiento progresivo a lo largo de las semanas y meses, pues se encuentra limitado a tres pruebas diarias, donde también entra el juego el reconocimiento de voz que nos hace la consola para interactuar con el perro.
2011
