Si hablamos de Pablo Picasso, Joan Miró, los playmobil, John Irving o los arquitectos Tadao Ando y Hundertwasser probablemente estemos haciendo referencia a un producto, cuanto menos, peculiar, y es que todos estos nombres y sus influencias fueron introducidos en una coctelera en 2004 por parte de Keita Takahashi para dar forma al primer título de la franquicia 'Katamari', un proyecto lanzado al mercado por Namco para PlayStation 2 y Nintendo DS en el que las mecánicas de los puzles tomaban una nueva forma en este primer proyecto del desarrollador japonés, que en varias ocasiones ha asegurado que no ha tenido nunca un especial interés por el sector del videojuego.
Esta primera entrega nos propone controlar una pequeña bola magnética en manos de un príncipe, que debe reconstruir el mundo y la luna tras un accidente por parte de su padre, el rey del cosmos. Para poder reconstruir el mundo deberemos empujar la bola por distintos escenarios sobre los que iremos añadiendo objetos de toda clase a nuestra herramienta, a la que se pegarán desde calcetines a todo tipo de elementos que podamos imaginar, como mesas, sillas, o personas, haciendo que su diámetro crezca y crezca hasta llegar a los requisitos establecidos en cada nivel.
Nos moveremos libremente por el entorno para encajar cuantas más piezas a nuestra bola mejor, pero todo ello en un límite de tiempo marcado de antemano, siendo éste el planteamiento sobre el que se basa toda la franquicia, que ha conseguido contar con una importante legión de fans a pesar de que la primera entrega no llegó al mercado PAL.
La segunda aventura del príncipe, conocida como 'We Love Katamari', sí que llegaba a territorios PAL para PlayStation 2. En ella teníamos que volver a recolectar objetos con nuestra magnética bola mientras el príncipe empuja por el escenario. La dificultad de esta propuesta jugable reside en la forma de controlar al príncipe y a la bola, pues sólo con los sticks del mando deberemos realizar todas las misiones, que para la ocasión han añadido diversos objetivos, como formar bolas, llamadas katamaris, de elementos concretos o de determinado color.
Esta segunda entrega supuso el desembarco de la saga en todo occidente, lo que permitió que su éxito le abriese las puertas de nuevos jugadores, incluso aquellos que contaban con una PSP, que recibían en 2006 'Me & My Katamari', donde el control de los sticks se adaptaba con cierta exigencia a las posibilidades de la portátil.
En 2008 y 209 respectivamente llegaron al mercado 'Beautiful Katamari Damacy' para Xbox 360 y 'Katamari Forever' a PlayStation 3, siendo éstas las dos únicas entregas de la franquicia pensadas en exclusiva para su desarrollo en plataformas de sobremesa. Tras ellas la saga regresó al mundo portátil con 'Touch my Katamari' para PS Vita y al mercado móvil, donde desde 2010 ha lanzado más de cuatro títulos, siendo uno de los últimos 'Amazing Katamari Damacy', para dispositivos que funcionan bajo el sistema iOS de Apple.
Aprovechando el éxito que la saga había obtenido en occidente, la primera entrega de la franquicia se lanzó en distribución digital en 2012 para PlayStation 3 sin incorporar ningún tipo de mejora respecto al título original visto en 2004.
2016
2012
2009
2008