Los títulos de corte indie han ganado en popularidad en los últimos años gracias a que en sus propuestas hemos podido encontrar algunos planteamientos y desarrollo que, por distintos motivos, las grandes majors del sector no han sabido o no han querido desarrollar en sus grandes franquicias o con grandes presupuestos.
Dentro del género encontramos proyectos de toda índole y temática, pero en 2012 llegaba a PlayStation Vita y PC una propuesta que, ya desde su planteamiento, indicaba que no era una experiencia apta para todos los públicos.
Jonatan Södertröm se encargaba de dar forma a un título en el que asumimos el rol de un asesino frío y calculador cuyo elemento diferenciador será el uso de máscaras. A medida que avancemos en el desarrollo podremos obtener máscaras distintas y estas nos darán distintas habilidades a la hora de recorrer los escenarios, que estarán plagados de enemigos dispuestos a abrirnos en canal si se presenta la oportunidad.
La violencia es una de las señas de identidad de la saga y ya en esta entrega quedaba patente, pues aunque su aspecto gráfico nos sitúa en un título con sprites que nos recuerdan a la generación de 8 y 16 bits y una perspectiva cenital, la sangre y los desmembramientos serán totalmente reconocibles a medida que nos abramos paso en el mapa, siendo éste un entorno en el que podemos optar por realizar acciones más sigilosas o apostar por la acción directa.
En cualquier caso, más tarde o más temprano, deberemos recurrir a la técnica del ensayo-error para poder superar los distintos retos, algo que también se mantiene en su secuela, lanzada en 2015 con cierta expectación tras ver el éxito que había cosechado la primera propuesta entre el público y entre la industria, que no había dudado en destacarlo como uno de los indies de 2012 gracias a una mezcla donde también destacaba una banda sonora cargada de ritmos electrónicos de tintes ochenteros.
Con la llegada de su secuela estos mismos elementos se mantenían intactos, sólo que ahora se dejaban ver por nuevas plataformas como Xbox One y PlayStation 4. A diferencia del primero, en la secuela podremos llegar a controlar a casi una docena de asesinos, aunque las máscaras que funcionaban en la primera entrega como potenciadores seguirán estando presentes, sólo que ahora ligadas a los estilos particulares de cada uno de los personajes.
Todos los elementos positivos de la primera entrega se mantenían en esta continuación potenciados, pero los errores ya cometidos también volvían a hacer acto de presencia en un título que, pese a que el público lo acogió con éxito, era tachado de demasiado continuista respecto a su propuesta inicial, quizás porque durante los primeros meses tampoco se encontró al completo en el mercado, pues una de sus principales novedades, el editor de niveles, no llegaría hasta unos cuantos meses después de su lanzamiento.
En cualquier caso, su creador aseguraba que, independientemente del éxito obtenido, la secuela lanzada en 2015 supondría el final de la franquicia tal y como se había dado a conocer, algo que se mantiene en estos años, pues no se a vuelto a conocer detalle alguno sobre alguna posible nueva entrega.
2014