Aunque 'Crazy Machines' inició una nueva saga, en realidad no dejaba de ser un reinicio del mítico y divertido 'The Incredible Machine'. Un juego que originalmente iba a ser desarrollado por Electronic Arts para el Commodore 64 en 1984, pero el cual no acabó llegando hasta el año 1993 (para múltiples ordenadores del momento). Entonces, Kevin Ryan programó The Incredible Machine con tan solo nueve meses, y un presupuesto de 36.000 dólares. Más adelante, llegó a salir al mercado una especie de expansión (aunque era en realidad una edición completa del juego con novedades), que introdujo nuevos niveles y elementos.
Pero... ¿en qué consistía el juego? Muy fácil y básico pero también realmente original y divertido. En una sucesión de puzles (a modo de distintas fases) en las que teníamos que combinar diferentes artilugios con tal de crear lógica en el escenario y realizar algún "experimento". Por decirlo de algún modo, cada objeto o elemento interactuaba con el siguiente, para provocar una reacción en cadena y solverntar el puzle. Solo que esos objetos podían ser tan graciosos y diversos como una pecera, un cañón, o una pelota de baloncesto. Sin duda, un título que marcó a una generación de jugadores, que lo llegaron a ver instalado incluso a nivel docente, en los colegios. Por supuesto, las críticas fueron realmente buenas.
Sin embargo, no fue hasta 12 años más tarde -en 2005- cuando la saga renació. Esta vez con el nombre de 'Crazy Machines' -el que nos ocupa. Nuevamente un juego de puzles, en este caso exclusivo para PC (inicialmente, porque con el tiempo llego a iOS o incluso a Wii), y el cual basó muchas de sus ideas en el ya comentado 'The Incredible Machine'. El jugador tenía de nuevo un conjunto de componentes mecánicos; solo que esta vez el objetivo era construir una máquina para resolver igualmente el rompecabezas de turno.
Como no, todo eso nos obligará a construir máquinas muy imaginativas, a girar manivelas a hacer que encajen los engranajes de maneras muy curiosas... En total, más de 200 puzles con los que experimentar, siempre añadiendo más elementos de manera gradual. Lo mejor de todo, es que esta vez la física estaba mucho más trabajada si cabe, gracias a la inclusión de elementos como la presión del aire, la electricidad, la gravedad o incluso el efecto de partículas, todos ellos capaces de hacerse sentir en la jugabilidad de manera muy realista.
A partir de ahí, la saga ha contado con hasta dos secuelas: 'Crazy Machines 2' y 'Crazy Machines 3'. Ambos buenos y notables juegos, pero con la sensación de que la fórmula se había agotado un poco, al mismo tiempo que perdía la capacidad para sorprender y dejaba una notable sensación de "repetición". Eso sí, por lo menos añadieron algo más de profundidad a nivel de rejugabilidad. Ya fuera por las tareas secundarias que nos ofrecían cada nivel, o la simple competitividad de conseguir las mejores puntuaciones posibles. Algo que incluso jugando en solitario tenía su gracia: por aquello de conseguir el bronce, la plata, o el oro.
2016