Eres un rey totalitario en un mundo fantástico-medieval en el que casi cualquier cosa puede pasar. Como buen monarca, tienes que tomar una serie de decisiones que pueden mejorar o empeorar la vida de sus vasallos. Para decidir sólo tienes que deslizar una serie de cartas a la derecha o a la izquierda -como si de la app de ligue Tinder se tratase- pensando muy bien cómo afectarán tus actos a la población sobre la que gobiernas. Siempre habrá que tener en cuenta cuatro facetas de la comunidad: la Iglesia, el Pueblo, el Ejército y, por supuesto, las arcas del Estado. Todas están representadas por una barra de estado que no puedes permitir ni que se vacie ni que se llene por completo. Si lo haces, estás muerto. Pero no pasa nada, una maldición diabólica hace que puedas seguir gobernando; te permite convertirte en tu propio heredero como si no hubiera pasado nada. Un juego sin fin que saca el mejor partido posible de una mecánica simple y una historia que se va fraguando carta a carta.
El popular 'Reigns' recibirá una secuela a lo largo de este año: se trata de un juego independiente que en esta ocasión estará protagonizado por una reina.