Vanillaware se ha caracterizado siempre por hacer títulos de acción que se basan en el desplazamiento bidimensional todo ello adornado siempre con una estética visual preciosista que embelesa la mirada y la deja fija en la pantalla de la calidad que presenta todo. 'Muramasa: The Demon Blade', fue su incursión en Wii. Un juego un tanto atípico para semejante consola, pero permitía usar tanto el Wiimote como el mando pro, e incluso también el de Gamecube. No obstante, el juego fue porteado más adelante a otras plataformas como Ps Vita, donde también tuvo un gran éxito. El título nos sitúa en una ambientación de Japón feudal, con sus katanas, sus campos de arroz, sus kimonos, y su folclore clásico lleno de espadas demoníacas como al que dan nombre al juego. Controlamos a dos personajes: por un lado está Kisuke, un chico amnésico, y por otro tenemos a Momohime, una chica que está poseída por un demonio.