El 20 de Febrero 2018 | 09:16
Obviemos por un momento todos los matices que a la nueva muñeca de acción de Tomb Raider aún le quedan por mejorar. Olvidemos que continúa teniendo un físico normativo, que sigue siendo menos musculada que cualquier muñeco de acción masculino. Hagamos como que todos estos detalles no importan por ahora, y centrémonos en la importancia que tiene que hayamos pasado de Barbies que solo saben ser profesoras, médicas o madres, a muñecas que quieren ser heroínas, guerreras, luchadoras. Porque esto es lo suficientemente importante como para que hagamos a un lado todo lo demás.
Ayer se anunció que saldría al mercado la nueva Barbie de Tomb Raider, una muñeca que representaría por primera vez a una Barbie que rompe totalmente con el canon de género que teníamos establecido hasta ahora. Es una Barbie a la que le importa más bien poco el color de sus uñas, o lo liso de su pelo, porque su objetivo en la vida no es atraer a nadie; esta muñeca tiene mucha más personalidad. Casi tanta como 'Lisa Corazón de León', la muñeca de 'Los Simpsons' que conquistó nuestro corazón hace ya algunas décadas.
El cambio de paradigma que una sencilla muñeca representa es increíble. Pese a todo eso que le queda por pulir, el cambio entre la Barbie secretaria y esta heroína es abismal. Y es que mientras que la primera tenía como aspiración cumplir con todos los roles de género establecidos, tener un trabajo fijo y una familia heteronormativa, lo único que Tomb Raider quiere es luchar y acabar con el mal.
Las niñas ya no quieren ser princesas: quieren ser guerreras
A veces olvidamos que la socialización es una clave fundamental en el desarrollo tanto de los niños como de las niñas. Si ellas crecen con muñecas que se venden como modelos, como mujeres preocupadas por su físico y sus hijos, creerán que así es como deben ser de mayores; verán en ellas un ejemplo a seguir. Jugarán a ser madres, o a ser secretarias, y no verán un futuro más allá de ese. No obstante, si además de jugar a ser profesoras, por ejemplo, juegan a ser heroínas, se verán a sí mismas como algo más allá de una profesión establecida. Se verán capaces de prácticamente cualquier cosa, y no encorsetadas a lo mismo de siempre.
Mientras que los niños juegan con muñecos de acción, ellas se limitan a muñecas cuya acción se ve resumida en ir a comprar, o ir a la oficina. Aunque creamos que esto es así por un motivo, que ellas prefieren este tipo de juegos, esto es falso. Los juegos están tan marcados por el género porque los roles nos imponen eso: nos enseñan que la feminidad y la masculinidad son conceptos reales y opuestos.
El hecho de que las mujeres comiencen a tener más representación en ámbitos que hasta ahora se consideraban únicamente masculinos (como pueden ser los videojuegos, el cine de acción, todo aquello relacionado con la fuerza) es importante. Porque las niñas verán que sus caminos no siempre están marcados por lo mismo, que pueden ir más allá de lo que la sociedad les ha enseñado. Nos queda por ver muñecos masculinos que trabajen de secretarios, de profesores, de padres, para que así ellos sepan que también pueden ser lo que quieran.