El 6 de Marzo 2018 | 09:08
No creo que 'Wonder Woman' sea una mala película. Las críticas la han puesto por las nubes desde el primer día, y coincido con ellas en que 'Batman vs. Superman', por ejemplo, no le llega ni a la suela de los zapatos. La 'Wonder Woman' de Patty Jenkins fue una apuesta arriesgada, pero una apuesta que la directora ha ganado sin lugar a dudas.
Pero también cabe señalar que se habían construido grandes expectativas a su alrededor, y que buena parte de esto ha hecho que viéramos 'Wonder Woman' como algo mucho mejor de lo que es en realidad. Ha pasado más de medio año después de su estreno, la burbuja de la expectación se ha roto y... Bueno. Digamos que yo, por lo menos, no he llorado al verla una segunda vez.
Clichés para toda la familia
No creo que 'Wonder Woman' sea mala, pero tampoco la llamaría buena. La actuación de Gal Gadot es impecable, pero la película tiene graves fallos tanto a nivel técnico como a nivel narrativo. Fallos que quizás pueden pasarse por alto al verla por primera vez, pero que se hacen más que evidentes a la segunda.
Sin entrar en debates sobre si hay demasiado CGI o si se abusa de la cámara lenta (seamos sinceros: sí), hay que admitir que la historia de 'Wonder Woman' tiene una estructura aburrida. Es básica. Terriblemente básica. No hace falta haber leído un solo cómic sobre la heroína de DC para saber qué va a ocurrir a continuación, porque hemos visto la misma estructura tantas y tantas otras veces que es muy difícil que nos sorprenda. Por ejemplo, el sacrificio de Antíope. Además de innecesario, no es más que otro sucesor a todas las figuras paternas y maternas cuya muerte ha supuesto un punto de inflexión en la vida del protagonista y ha motivado su viaje del héroe.
Pero si la película tiene un problema, ese es su mensaje: «el amor siempre gana». Es cursi y —a falta de una palabra mejor— trillado. Eso no significa que no pueda utilizarse o que sea un mal núcleo, pero mentiría si dijera que no enarqué una ceja hasta las nubes cuando vi a Diana plantarse en pleno campo de batalla y derrotar a Ares con el poder del amor. Los diálogos de esta escena parecen sacados de 'Kingdom Hearts'. Es algo surrealista, incluso en un universo de superhéroes. El punto fuerte de la película era su realismo, su retrato de la guerra y de una humanidad corrompida y destruida por su propia violencia; la escena de las trincheras es sencillamente perfecta. Los personajes eran creíbles. La química entre ellos existía, resultaba evidente y estaba bien lograda. El conflicto final... podría haber estado mejor desarrollado, pero no merecía una resolución tan pobre.
La evolución de Diana debería haber tenido más prioridad. El conflicto que surge consigo misma al descubrir que la guerra no es algo que se pueda eliminar podría haber dado mucho de sí, pero quedó reducido a unos pocos segundos en pantalla. En realidad, un gran fallo de esta película es que tiene muchas partes mal aprovechadas, como las de Themyscira y las amazonas, que llamaban la atención, pero no terminaban de aportar a la historia.
Pero... ¿Hay que señalar culpables?
Las películas de superheroínas habían desaparecido de Hollywood desde los fracasos taquilleros de 'Catwoman' (2004) y 'Elektra' (2005), y ni siquiera se plantea la posibilidad de resucitarlas con, por ejemplo, Viuda Negra —una apuesta mucho menos arriesgada de lo que fue 'Wonder Woman'—. Jenkins tenía una presión brutal a la hora de dirigir, y es muy probable que, de haber sido 'Wonder Woman' otro fracaso, se habría condenado de nuevo a las superheroínas como colectivo. ¿Tendríamos que esperar doce años para ver anunciada otra película con una protagonista con poderes?
La presión que recayó sobre Jenkins, Gal Gadot y el equipo de 'Wonder Woman' no excusa los fallos de la película, pero sí que es interesante tenerlo en cuenta a la hora de criticarla, para bien y para mal. Aún así, hay que recalcar que el que nuestra protagonista sea la Mujer Maravilla no es señal de garantía.