Sobre el presupuesto, sobre el calendario, corriendo demasiado tiempo y tomando decisiones deprisa sin pensar en qué se hacía... 'Titanic' tenía todas las papeletas para ser un fracaso a gran escala, pero James Cameron es una mente pensante y eso no iba a ocurrir. Cameron explica en una carta para THR (a raíz de la publicación del libro de la productora Sherry Lansing) que supo muy bien qué hacer con las críticas que le llegaban durante la producción.
Comentarios nada buenos
Los comentarios que le llegaban sobre su película no eran nada buenos, pero él supo reaccionar para calmar el ambiente antes de que llegase al público: dejó pasar el tiempo. "La mejor manera de lidiar con la prensa negativa es dar un paso atrás. Para salir del crescendo del ridículo y dejarlos caer de cara. [...] Para diciembre ya habría pasado mucho tiempo y tendrían que salir con algo nuevo para escribir. Eso podría ser el hecho de que la película era buena en realidad y valdría la pena todo el drama de la producción. [...] La prensa estaba atacando de manera tan agresiva que la única manera de calmarlos era dar un paso atrás y dejarlos volar y caer por su propia inercia" explicaba James.
Una jugada magistral
Cuando llegó la hora de la premiere, los primeros en ver la película terminada no fueron los periodistas de Estados Unidos: "Hicimos dos premieres fuera de Estados Unidos, donde no tenían jurisdicción, solo (podían hablar) los distribuidores nacionales. La primera fue en Tokio, en el festival de cine internacional. Esto fue para esquivar completamente lo que percibimos como una prensa negativa y sesgada. Así que las primeras críticas, lo primero que cualquier persona escuchó sobre la película terminada, vinieron de Tokio y fueron rotundamente positivas. Los críticos estadounidenses tuvieron que dejar a un lado sus prejuicios y plumas venenosas y juzgar la película por sus propios méritos". James Cameron habla en retrospectiva, pero también muestra un verdadero desdén por parte de la prensa estadounidense. Soportó oleadas de artículos desfavorables hablando sobre el desastre futuro de 'Titanic', pero al final disfrutó de lo lindo mientras la película pasaba a romper récords de taquilla y reclamar un número obsceno de premios de la Academia.