100 Women es un movimiento de la BBC que se encarga de dar voz a las mujeres que no pueden hacerse oír. En esta ocasión ha realizado un estudio acerca del test de Bechdel y las películas nominadas y ganadoras de los premios Oscar con el objetivo de señalar hasta qué punto van ligados éxito y machismo.
¿Qué es el test de Bechdel?
Se considera que una película lo supera cuando se cumplen tres requisitos: a) que aparezcan, como mínimo, dos mujeres con nombre en ella, b) que tengan una conversación entre ellas, y c) que la conversación no gire alrededor de un hombre. Basta con que haya una sola conversación así para aprobar el test. Ahora mismo nos centraremos en películas, pero también se puede aplicar a series de televisión, libros o videojuegos.
Según el estudio de BBC 100 Women, más de la mitad de las ganadoras de la categoría Mejor Película falla el test. Sólo el 49% lo aprueba, contando desde la gala de 1929. Y sí, podríamos señalar a la historia como culpable y decir que "es que era lo normal". Y nos equivocaríamos.
'La forma del agua', que ha ganado este año, supera el test de Bechdel, sí. Pero 'Moonlight' no, y se proclamó vencedora el año pasado. ¿La convierte eso en una mala película, o en una película machista? 'Gladiator' y 'Slumdog Millionaire' también fallan la prueba, y ambas son películas recientes. Y si queremos terminar de redondear, hay otras dos películas nominadas de este año que tampoco cumplen unos requisitos tan sencillos: 'El instante más oscuro' y 'Dunkerque'. En la primera aparecen dos mujeres con nombre propio, pero en ningún momento hablan de algo que no sea un hombre. En la segunda, ya ni siquiera aparecen dos personajes femeninos. Y pobre del que se atreva a utilizar la excusa del contexto histórico para defender a ninguna de las dos.
Cuestión de representación, no de nota
Desde luego, la inclusión de mujeres es importante. Más que importante, necesaria. Pero no basta con superar el test de Bechdel para que una película sea feminista. Sin ir más lejos: 'Cincuenta sombras de Grey' supera la prueba, y nadie en su sano juicio diría que representa bien a las mujeres. O a nada, en realidad.
Lo que tenemos que buscar es la diversidad femenina. Diversidad de verdad, no sólo las apariciones espontáneas de un par de mujeres blancas y heterosexuales "fuertes e independientes". A veces parece que se nos olvida que las mujeres no se reducen a eso, que las minorías existen. Pero que, blancas o de color, discapacitadas o no, heterosexuales o no, todas merecen respeto y una representación justa y digna más allá de los topicazos que Hollywood insiste en lanzarnos a la cara.
El test de Bechdel es un buen método para descubrir los intereses de las personas detrás de la película. Superarlo no es difícil, y ya es un primer paso para dar algo de protagonismo a los personajes femeninos de una película, pero hay que saber ver más allá. Sexualización, relevancia en la historia, justicia y dignidad son lo que de verdad marca la diferencia entre una película feminista y una que no lo es. Y es que se nota enseguida el propósito con el que se ha creado a un personaje y el cariño que se le tiene. No es lo mismo una persona que un trozo de carne, por muchas conversaciones que tenga con otros de su mismo género.