Terry Crews se ha convertido en uno de los miembros más activos del movimiento #MeToo contra la violencia de género. Eso, en un principio, puede llamar la atención porque Crews sea un hombre —el primero en unirse al #MeToo, de hecho—, pero resulta que además, al igual que tantas y tantas mujeres, en su día fue víctima de agresiones sexuales.
Días después de que el periódico estadounidense The New York Times publicara por primera vez sobre todos los escándalos y agresiones de Harvey Weinstein, el actor de 'Brooklyn Nine-Nine' y 'Deadpool 2' twitteó acerca de su propia experiencia en Hollywood. Asegurando que el caso de Weinstein le provocaba estrés postraumático, explicó que en 2016 un agente de talentos (hombre), le manoseó. En una entrevista con Megyn Kelly Today, rememoraba ese momento como la razón que le inspiró a unirse al movimiento.
Los hombres también pueden ser víctimas
"No podía moverme. Recuerdo que sólo temblaba. Cuando digo estrés postraumático, es una de esas cosas en las que todo regresa... tan sólo empecé a twittear," dijo. "Es incuestionable. ¿Podría haberle noqueado? Todo el mundo reacciona así y dice que lo deje inconsciente y ya. Pero deja que te cuente algo: esto es América. No puedo hacer eso siendo quien soy. Porque, ante todo, ¿quién me creería?"
Eso ya va más allá de las agresiones sexuales. Nos adentramos en el terreno del racismo. Crews cuenta en la entrevista que su mujer le advirtió al inicio de su carrera que habría gente que le provocaría, y que debía aprender a no reaccionar.
"Hay muchos hombres negros jóvenes en la cárcel sólo por reaccionar a cosas que les hicieron. Nunca te ven como la víctima hasta que mueres."
El incidente, prosigue, fue lo que le llevó a reflexionar sobre las ideas sobre la masculinidad con las que creció, y a darse cuenta de que ciertos comportamientos tóxicos no tenían nada que ver con ser un hombre o con ser negro. Admite que era culpable, un representante de la masculinidad tóxica de este mundo. Pero es cuestión de deconstruirse y cambiar.