Sony pudo haber sido la propietaria del multimillonario Universo Cinematográfico de Marvel de no haber rechazado la oferta que la Casa de las Ideas le ofreció con la venta de los derechos de Spider-Man. La división audiovisual de la compañía no quiso saber nada de esos personajes a los que nadie parecía prestar atención y pudo haberlos comprado todos por unos 20 millones de euros. Finalmente, solo les interesó el Hombre Araña.
Se tirarían de los pelos
Podremos estar hartos ya de películas de superhéroes, pero los últimos diez años, Marvel Studios ha marcado una forma de hacer cine y no ha dejado de engordar sus arcas a lo largo de tres fases cinemtográficas. Pero a día de hoy, Sony podría haber sido la que se embolsase todo ese dinero de no haberle importado poco la oferta que Marvel le hizo hace más de 10 años. Un libro llamado 'The Big Picture: The Fight for the Future of Movies' revela ahora qué es lo que ocurrió por aquella época cuando la productora adquirió solamente los derechos de Spider-Man.
Según se cuenta en las páginas de este libro, la Casa de las Ideas no pasaba por una buena situación económica, motivo por el que comenzó a vender los derechos cinematográficos de algunos de sus personajes. A Sony no solo se le ofreció Spider-Man, sino que Marvel le puso sobre la mesa los derechos de algunos de los personajes más taquilleros hoy en día como son Los Vengadores, Thor, Iron Man, Black Panther o Ant-Man. Nadie pensaba en aquellos momentos el éxito que iban a alcanzar estas producciones en los años siguientes, y Sony lo dejó bastante claro. Esto es lo que decía el comunicado que le llegó al ejecutivo de la compañía encargado de cerrar el acuerdo:
"A nadie le importa una mierda los demás personajes de Marvel. Ve y cierra un trato solo por Spider-Man"
Sony pudo haber comprado todo este enorme paquete por unos 20 millones de euros (25 millones de dólares), una verdadera ganga si tenemos en cuenta que el Universo Cinematográfico de Marvel está valorado actualmente en más de 13 mil millones de dólares. Alguien se debió quedar calvo al tirarse de los pelos años después.