Scarlett Johansson está en el punto de mira, y esta vez no para bien. El pasado 2 de julio, Deadline confirmó que la actriz regresaba una vez más a la gran pantalla de la mano del director de 'Ghost in the Shell', Rupert Sanders. En esta ocasión, Johansson participará en el biopic 'Rub & Tug', centrado en la vida de Dante "Tex" Gill. En 1970, se descubrió que el negocio de salones de masajes de Gill era en realidad una tapadera para una red de prostitución, y eso, sumado a la evasión de impuestos, lo llevó a la cárcel durante siete años.
Ahora bien, ¿qué problema hay con Scarlett Johansson en el papel de Gill que nos haya hecho saltar de nuestros asientos? Siempre resulta interesante ver a una gran actriz en una historia sobre crímenes, pero resulta que Gill era un hombre transgénero. Varios periódicos de la época describen que Gill era una "mujer que prefiere darse a conocer como un hombre", mientras que Johansson es una mujer cisgénero. Podéis leer más en ScreenCrush, que profundiza sobre este tema.
Transfobia... ¿selectiva?
El odio ha llegado, cómo no, a Johansson. Su representante ha declarado que ha dicho lo siguiente: "Diles que pueden dirigirse a los representantes de Jeffrey Tambor, Jared Leto y Felicity Huffman para comentárselo." Con eso, la actriz hace mención de tres actores cisgénero que, en su momento, interpretaron a mujeres transgénero... y con muy buen recibimiento. Tambor ganó un Emmy por su papel (¡protagonista!) en la comedia 'Transparent', de Amazon; y Leto y Huffman ganaron cada uno un Oscar por 'Dallas Buyers Club' y 'Transamérica' respectivamente.
Parece ser que la negatividad hacia Johansson es tan fuerte precisamente por 'Ghost in the Shell', uno de los últimos grandes ejemplos de whitewashing en Hollywood. Al ser la obra original japonesa, lo esperado era que actores y actrices japoneses participaran en el elenco, pero no fue así. Y ahora, ocurre lo mismo: ¿no debería un actor transgénero encarnar a Gill?