Roman Polanski nació en agosto de 1933 en Francia y, desde entonces, se ha convertido en un famoso director de cine, productor, guionista y actor. Mientras dirigía películas como 'Chinatown' o 'El gordo y el flaco', Polanski también tuvo tiempo para llenar su vida de polémica. En el año 1977, Samantha Geimer, una chica de tan solo trece años, denunció que Romanski había abusado sexualmente de ella. Polanski no tuvo ningún inconveniente a la hora de declararse culpable mas, justo antes de que la sentencia llegara a emitirse, huyó de Estados Unidos. Actualmente, todavía es considerado un fugitivo por la justicia estadounidense, algo que se supone que debería haber afectado a su carrera en algún momento. Pero no lo ha hecho.
Hace unos días, ha sido la policía suiza la que se ha decidido a abrir una nueva investigación sobre Polanski. En este caso la denunciante es Renate Langer, una mujer que asegura que en 1972, cuando ella solo tenía 15 años, Polanski abusó de ella. Langer lleva toda su vida dedicándose al mundo de la interpretación, con una carrera bastante fructífera en todo momento.
Hay quien se ha preguntado por qué Langer no ha denunciado hasta ahora, qué ha sido lo que le ha empujado a hablar tras cuarenta años de silencio. Tras una violación, una mujer puede llegar a almacenar una gran cantidad de traumas y miedo; denunciar no siempre es tan fácil (no lo es ahora, y no lo era hace cuarenta años) porque siempre se pone en duda a la víctima, siempre se la hace sentir culpable por esos actos, sobre todo si el hombre al que acusa es poderoso. Pero tras escuchar durante el pasado agosto a otra presunta víctima sexual de Polanski dar un paso adelante y denunciar, Langer quiso hacer lo mismo. Quiso buscar justicia, aprovechando, a su vez, que sus padres ya han fallecido y no tendrán que vivir este duro trance.
El cine no castiga estos actos
Pese a que hace ya muchos años que se conoció la primera denuncia de Polanski, de la que él mismo se declaró culpable, y pese a que ha habido tres más a lo largo de este tiempo, el director francés continúa trabajando como si nada hubiera pasado. Y es que, por desgracia, la sociedad no siempre castiga estos actos. Prefiere obviar el tema, o tachar a las víctimas de oportunistas o aprovechadas, mientras que el presunto culpable continúa viviendo su vida sin más.
No es la primera vez que un hombre famoso es acusado de acoso sexual, de abuso o de malos tratos y sale totalmente indemne de las acusaciones. Hace no tanto, Amber Heard denunció a Johnny Depp por malos tratos; no tardaron en sentenciar que todo era mentira, y que lo único que la actriz buscaba era dinero. No quiero decir con esto que él sea culpable y ella inocente, pero sí es cierto que los argumentos que se usaron en contra de ella son los que siempre se usan contra las mujeres que denuncian por lo mismo. Se cae en el cliché, en el insulto fácil, y no se da un paso más allá.
Depp no ha sido el único. Chris Brown continúa con su carrera pese a que se demostró que había maltratado físicamente en repetidas ocasiones a Rihanna, la que por entonces era su pareja; se levantaron cargos legales, sí, pero todo se solucionó rápidamente y él no se vio afectado. El hecho de que caras públicas, y tan famosas como las que acabamos de mencionar, no hayan sido penadas por sus actitudes violentas y despectivas hacia las mujeres es algo que nos incumbe a todos. Porque hay chicos que crecerán creyendo que como sus "ídolos" lo han hecho, ellos también pueden hacerlo sin que haya repercusiones, sin pensar en las mujeres como seres que sienten, padecen y, sobre todo, tienen los mismos derechos que ellos. Y aunque creáis que no, que la gente no es tan influenciable, quizás deberíamos recordar que entre las personas que ven la televisión o las películas hay adolescentes cuya personalidad aún no está completamente formada.
Quizás deberíamos comenzar a replantearnos si estos son la clase de "ídolos" que tenemos que la juventud tenga, si queremos que sean los hombres que vean en el cine cada dos por tres.