El director Steven Spielberg ha pasado tres años preparando 'Ready Player One', una película que, según él, tiene que verse en la gran pantalla, en una pantalla lo bastante grande para que quepa toda la ambición que han invertido en ella.
El ganador de dos Oscar al mejor director introdujo 'Ready Player One' este domingo en el escenario de los Academy Awards, y se aseguró de demostrar lo muchísimo que le gusta la película. Que todas las referencias y homenajes a iconos de la cultura pop —'Regreso al futuro', 'Jurassic Park' y 'King Kong', entre muchos otros— podían llegar a distraer demasiado, pero que "tenemos que recordar una cosa: las ventanas de los laterales son para las referencias culturales, y el parabrisas es para la historia", dijo como defensa. "Si miramos hacia delante, siempre podemos seguir la historia."
Fuera de control
Durante la rueda de prensa después del estreno, Spielberg se dispuso a compartir algunos datos curiosos acerca de 'Ready Player One'. Entre ellos, el ataque de ansiedad que le provocó ver su propia creación. "Fue, quizás, el mayor ataque de ansiedad que he tenido nunca," confesó. "Cuando hago una película y la dirijo detrás de las cámaras... Tengo el control. Pero cuando decido hacer una película y sentarme entre el público con vosotros, y la dirijo desde el asiento junto a vosotros, eso significa que estoy haciéndolo todo por vosotros. Y vuestras reacciones lo son todo."
Además de la película, Spielberg confiesa que —cómo no— está encantado con el libro homónimo que inspiró 'Ready Player One', que escribió Ernest Cline y además lo ha adaptado junto a Zak Penn ('X-Men: La decisión final', 'El Increíble Hulk'). El objetivo del director era crear una película que atrajera tanto a entusiastas de los videojuegos como a auténticos novatos, aunque reconoce que él mismo cae en la primera categoría: "Llevo siendo jugador desde 1974, cuando probé el primer juego de Pong mientras rodaba 'Tiburón'."