Las actitudes racistas no son una casilla a rellenar en un formulario: "¿Es usted racista? Marque Sí o No con una X". La actitudes racistas son una dimensión continua que se materializa en cientos de conductas sociales a las que nos sometemos día a día. El experimento más clásico y básico para detectar el racismo en la investigación social es por elección en grupos de fotos, sorprendentemente (¿o no?) los hombres y mujeres blancos tienden a encontrar a los hombres y mujeres negros de manera más probable como sospechosos de robos y delitos. Hoy muy pocas personas, de hecho, se consideran racistas. Muy pocas. Pero eso, como de manera grácil pone de relieve la investigación social, es sólo un espejismo: ser racista hoy es una cualidad negativa y poco deseable en una persona, lo que no implica de manera automática que la actitud racista se haya erradicado. Sólo sutilmente transformado. Hablan autores como Pettigrew y Meertens de "racismo moderno" o "racismo sutil", que se manifiesta en la exageración de la diferencias culturales, de las traídas y llevadas defensa de las tradiciones arraigadas, o se escuda en la justificación friki más cogida por los pelos, como es el caso que os voy a narrar... El racismo ya no es manifiesto, porque no es deseable socialmente, se ha convertido en una suerte de racionalización de baratillo que difícilmente puede ocultar lo que en realidad es.
¿A qué viene todo esto en una web como ZonaRed? Viene, simplemente, a tratar de poner de relieve el bochornoso espectáculo de redes sociales al que se está sometiendo la elección de una mujer negra para representar a Hermione Granger en los teatros londinenses.
'Harry Potter' está de vuelta, con el beneplácito de J.K. Rowling, autora de esta fantástica historia, los teatros de Londres verán amanecer una obra llamada 'Harry Potter y el niño maldito', que avanzará unas décadas sobre la historia original de Potter, para poner la óptica sobre los descendientes de los protagonistas que ya conocemos. Así veremos a los hijos de Hermione o Draco Malfoy en sus primeros y tiernos días de Hogwarts, lo que enlaza los dos puntos álgidos de 'Harry Potter' como historia: los personajes con los que ya estamos tan familiarizados, junto al envoltorio de ilusión que se respira en los primeros días de academia para brujos. Sin embargo, lo que había de ser la fiesta absoluta para el fanático de Harry Potter se ha desvelado como un ejercicio poco recomendable. John Tiffany, director de la obra, tuvo la ocurrencia de escoger a Noma Dumezweni, que además de ser una mujer negra, también es una de las actrices de teatro más reputadas de Reino Unido. Pero es negra. Y Emma Watson no era negra.
Este es sólo un ejemplo
No es el primer y triste coletazo de esta historia, pero ayer, una vez más, J.K Rowling dejó en evidencia las actitudes racistas a las que se ha enfrentado en las últimas semanas a través de una intervención en el británico The Guardian. Comenta la escritora que "montones de racistas" no han parado de atosigarla en las redes sociales a causa de haber elegido una actriz negra, en lugar de una blanca, para el papel de Hermione. Se refiere a ellos como "idiotas que hacen el idiota" con el rotundo peso de la razón, y una vez más da su beneplácito a la elección de Dumezweni : "¿Qué puede una decir? Así es como está el mundo. Norma fue elegida porque es la mejor actriz para el trabajo". Recuerda Rowling, además, que en la descripción del personaje en la novela no se deja claro nada más allá de que es una chica "ojos castaños, pelo rizado y gran inteligencia". El director de la obra, se refiere a estos episodios como "el lado oscuro de Twitter".
Retomando aquello del racismo sutil que manifestaba en las primeras líneas, el pobre ejercicio de racionalización que algunos fans racistas de Harry Potter llevan a cabo en esta ocasión, no caigamos en la trampa: no hacen de su comentario algo menos xenófobo, sino sólo algo menos sincero. La actitud racista es exactamente la misma, aunque pobremente disfrazada.
Esta no es la primera ocasión en la que nos enfrentamos a este tipo de hazañas intolerantes en lo que podríamos mal llamar "entornos friki", ya que se me viene a la memoria un episodio similar al descubrir a Will Smith en 'Soy Leyenda', la adaptación de la novela de Matheson. Los mismos comentarios y supuestos razonamientos en aquel entonces también afloraron, pero aquello no nos enseñó ninguna lección.