Uno de los puntos positivos de la saga de 'Harry Potter' es que, pese a haber terminado hace años, continúa dando de qué hablar. Porque siempre hay temas que quedaron en el olvido, que no se analizaron lo suficiente, o en los que J. K. Rowling no quiso hacer demasiado hincapié. Es lo que sucede con el pasado de Albus Dumbledore, con los antepasados de Tom Ryddle, con la figura de Neville Longbottom y con el castigo que Hagrid lleva sufriendo desde que fue expulsado de Hogwarts.
Rubeus Hagrid fue expulsado de Hogwarts en 1943, estando en tercer curso. Hagrid mostraba su simpatía hacia las criaturas mágicas desde que era muy joven y, con tan solo trece años, decidió adoptar una acromántula joven a la que llamó Aragog. Todo podría haber quedado en una anécdota si no hubiera coincidido con que Tom Ryddle (nombre real de Voldemort) liberó al basilisco de la Cámara de los Secretos, usándolo para petrificar y asesinar a los estudiantes nacidos de muggles.
Tras tener lugar la muerte de Myrtle, la escuela decidió que había llegado el momento de cerrar las puertas para no permitir que sucediera ninguna desgracia más. Fue justo ahí cuando Ryddle acusó a Hagrid de haber provocado la desgracia y este, como castigo, fue expulsado del Colegio de Magia y Hechicería. Se le prohibió usar la magia, y el Gobierno destruyó su varita (aunque Hagrid guardó una parte). Hagrid quedó desolado, completamente solo y sin posibilidad de continuar con su vida, hasta que Albus Dumbledore consiguió que el por entonces director Armando Dippet le contratara como guardabosques.
El castigo de Hagrid estaba más que justificado, puesto que se presuponía que él había causado la muerte de Myrtle. No obstante, una vez que se descubrió que todo había sido obra de Ryddle, ¿por qué nadie trató de devolverle la oportunidad de usar la magia? ¿Por qué Harry, que conocía la verdad, no trató de hablar con el Ministerio para que se retractara de la medida que había tomado? Hubiera sido lo lógico, acudir directamente a las autoridades explicando que no había sido Hagrid el que había despertado al basilisco, sino que el responsable era Ryddle.
Una injusticia llevada al extremo
Si bien es cierto que Hagrid incumplió las normas, que adoptó una acromántula cuando esto era ilegal, sus actos no provocaron daños físicos a ninguna persona. La expulsión, con la prohibición de hacer magia que eso conlleva, es un castigo excesivo ante lo que realmente hizo. Y probablemente tenga mucho que ver con el hecho de Hagrid es un semigigante; al ser un mestizo dentro del mundo mágico, sufría en su propia piel el racismo que derivaba de esa situación.
La escritora nunca ha hablado del tema, nunca ha explicado por qué nadie liberó a Hagrid de esa pena. ¿No se pudo demostrar que Ryddle era el que había liberado al basilisco? ¿No bastaba con el testimonio de Myrtle, o de Harry, a quien se lo explicó el propio Voldemort? Hagrid podría haber desarrollado por completo sus habilidades mágicas de no haber sido injustamente juzgado por un delito que no cometió, y son muchos los fans que agradecerían que Rowling explicara si Hagrid acabó liberándose de ese castigo tras las guerras mágicas.