Cerramos con la tercera y última parte de esos artículos sobre Thor y los Russo. Vamos a abordar el trato que se le da a Thor en 'Endgame' de forma exclusiva, de modo que si no habéis visto la película y no queréis spoilers, lo más recomendable es que retrocedáis y no sigáis leyendo.
En el anterior artículo hablamos de cómo 'Infinity War' y 'Endgame' destrozaban toda la deconstrucción y evolución de Thor en 'Ragnarok', como si nunca hubiese ocurrido. Una tragedia, puesto que profundizaba algo más en la imagen caricaturesca que teníamos del personaje, pero... en fin, cada director tiene su perspectiva. Nos gusten más o menos, no dejan de ser decisiones creativas que toca aceptar. Ahora bien, cuando las decisiones creativas se convierten en mensajes nocivos, tenemos un problema.
Uno muy grave era el de la representación LGBT en extras anónimos a la par que se suprimía de los personajes importantes. Otro tan malo o peor, el de ridiculizar las enfermedades mentales.
Thorbowski
Tras matar a Thanos al principio de 'Endgame', Thor se sumerge en su fracaso y acarrea un grave estrés postraumático. Un trastorno muy grave que en la película sirve como recurso cómico. Al igual que su barriga. Y es que la depresión le lleva a consumir litros y litros de alcohol a diario, a ganar peso —es discutible lo mucho que engorda/se emborracha con cerveza terrícola, cuando Thor apenas ha pestañeado nunca con las bebidas humanas, pero bueno—, y a convertirse en la mofa de todos sus compañeros: prácticamente cada vez que alguien le dirige la palabra es para reírse de su estado.
Mucha gente no parece interpretarlo así. Mucha gente lo ve una buena representación, una no muy alejada a la de la propia Valkyria, que en 'Ragnarok' también tenía problemas con el alcohol y estrés postraumático. Lo cierto es que sí que hay diferencia. Aunque no negaré que la de Valkyria podría ser mucho mejor, en ningún momento se toma su alcoholismo como una broma. Cuando la vemos caerse ebria o vaciar una garrafa entera en menos de un minuto, nuestra primera reacción es la de preocuparnos. No es gracioso. Es terrible. En 'Endgame', en cambio, cada aparición de Thor y cada comentario sobre él era motivo de risas en el cine. No es de extrañar, esa era exactamente la reacción que los directores pretendían lograr. Parece que la debilidad o las enfermedades no terminan de casar con un machote.
A esto se ha reducido Thor en 'Infinity War' y 'Endgame'. Puede que las dos películas te encanten y hayas quedado muy satisfecho con la resolución de once años de historia; si es así, me alegro muchísimo. No te pido que te enfades y odies a los Russo, ni siquiera que compartas mi punto de vista. Pero por favor, reflexiona sobre lo que acabas de leer y sobre lo que has visto. Reflexiona sobre lo estigmatizadas que están las películas de superhéroes y por qué, y si de verdad estamos avanzado a pasos tan agigantados como las grandes compañías nos quieren hacer creer.
Reflexiona.