El 3 de Mayo 2018 | 10:06
La saga de 'Harry Potter' es, en general, una saga repleta de enseñanzas y de moralejas, capaz de inculcar a los más jóvenes valores muy positivos. Mas dentro de esta saga hay algunos personajes que son realmente ejemplos a seguir, como Hermione Granger, Neville Longbottom y Luna Lovegood. Por una cosa o por otra, en un momento u otro, estos personajes logran enseñar grandes cosas mediante acciones muy sencillas, y es justo así como realmente se aprende: llevando a lo cotidiano la lección.
Podríamos entretenernos durante horas analizando todos y cada uno de los personajes de la saga, mas hoy, celebrando que ayer se cumplieron veinte años de la Batalla de Hogwarts, queríamos hacer un pequeño homenaje a una de las chicas que más ha pasado desapercibida en la saga. Estamos hablando, por supuesto, de la excéntrica Luna Lovegood, a la cual las películas le dieron algo más de protagonismo, ¡pero aún no el suficiente! Porque Luna nos habló de tantas, tantísimas cosas, durante la saga de 'Harry Potter' que merecería un ensayo exclusivamente para ella.
Mas como no tenemos tiempo para escribir un libro completo, nosotros nos hemos encargado de resumir todas esas hazañas que Luna acometió y que consideramos imprescindibles. ¿Queréis saber cuáles fueron?
1. Acéptate con tus peculiaridades
Lo primero que pudimos apreciar en Luna es que ella era una chica diferente. Era excéntrica, llamativa, curiosa y, sobre todo, orgullosa de todo lo que sus diferencias implicaban. No trataba de encajar, porque le parecía absurdo prescindir de rasgos de su personalidad para hacer amigos. En un mundo con tantos prejuicios como el nuestro, esto es propio de una heroína, de una persona con una personalidad de acero.
Si ella se aceptó, se valoró y se quiso tal y como era, ¿no deberíamos hacer todos exactamente lo mismo? ¡Tomémosla como ejemplo!
2. Alégrate de las alegrías ajenas
Luna no era envidiosa. No lo era en absoluto. Si alguno de sus amigos conseguía algo que, por cualquier motivo, ella no lograra, se alegraba de verdad por él; no pensaba que eso la hacía inferior, porque no se comparaba con el resto. Quizás en esto reside el truco para ser feliz: no tratar de competir con los demás, sino con uno mismo, y siempre de la forma más positiva posible.
3. Fidelidad ante todo
Cuando hablamos de fidelidad, muchas veces relacionamos este concepto con las relaciones de pareja. ¡Pero no! La fidelidad es fundamental también en las relaciones de amistad, puesto que implica mantenerse al lado de esa persona siempre que lo necesite, no mentirle, respetarle y luchar a su lado. Justo lo que Luna hizo con Harry en todo momento. Ella siempre confió en él, nunca dudó de su palabra.
4. ¡La mente abierta!
Quizás es por ser tan diferente que Luna no tiene ningún problema a la hora de aceptar las peculiaridades de los demás. Pongamos un ejemplo práctico: ella y Hermione son totalmente opuestas en casi todo, mas jamás la juzgo (pese a que Hermione sí lo hizo con ella). No la criticó por tener unas ideas tan racionales, ni le increpó en ningún momento. Simplemente aceptó todo lo que ella era, porque así era su forma de ser.
5. El humor como balsa salvadora
La infancia de Luna fue dura, su adolescencia tampoco fue sencilla; ha tenido más batallas que prácticamente ninguno de sus compañeros y, pese a todo, ella continúa sonriendo. No solo sonríe, es que además es feliz. Es gracias a su sentido del humor, a su afabilidad, que todo le va tan bien a largo plazo.
6. Valentía y esperanza: dos conceptos que van de la mano
Luna es valiente, sobre todo porque siempre mantiene la esperanza en que sean los buenos los que ganen. Ella confía en sí misma, en sus posibilidades, y en que el bien siempre debe acabar con todo el mal. Eso la empuja a luchar con fiereza, porque de verdad cree que el final será positivo.
7. Aprende del pasado, no lo arrastres contigo
Como hemos señalado antes, Luna sufrió mucho en un pasado. Mas ella no se lamenta por lo que sucedió, sino que lo acepta y aprende de él. Todo lo que vivió la ha transformado en lo que llegó a ser, y valora cada momento precisamente por eso.
Todos deberíamos aprender de ella, sentirnos bien en nuestra piel, ser fieles a los demás y a nosotros mismos y, sobre todo, aplicarnos sus lecciones diariamente. ¡Porque nuestra vida sería mucho más sencilla!